Inadvertidos como siempre para “los grandes medios” masivos de la burguesía, innumerables conflictos laborales y sociales vienen ocurriendo por estos días, acentuando una tendencia creciente en el nivel de la lucha de clases que no le da respiro a la burguesía monopolista y sus gobiernos de turno.
Los mismos, expresan un nivel de confrontación directa en contra del plan de ajuste que el gobierno de los monopolios necesita llevar adelante; en donde más allá de que las variables son varias (inflación, devaluación, especulación financiera, aumento de impuestos, impuesto a las ganancias, limitar los aumentos salariales, subsidios a las grandes empresas. etc.) todas sus medidas están centradas en relación al salario.
En el Ingenio Tabacal, Salta, los trabajadores azucareros comenzaron un paro de 4 horas por turno, paralizando totalmente la producción por la interrupción de un proceso que es continuo y no puede ser parado y puesto en marcha en ese plazo. Los azucareros piden llevar a $9.500 el sueldo de la categoría más baja, lo que representa un 48 % de aumento. Desde el Ingenio El Tabacal, ofrecen un 35 % de incremento salarial, lo que da $8.640 para la categoría 1.
Con esta medida de fuerza, los obreros azucareros expresan su disconformidad frente a las versiones que se hicieron correr en donde se anunciaba un arreglo con los empresarios del sector. El anuncio de conciliación obligatoria fue rechazado por los trabajadores y calificado de “malicioso”. Es evidente que este mecanismo de extorsión ha sucumbido luego de la experiencia de GESTAMP.
Si el conflicto de la autopartista puso al desnudo la triple alianza de monopolios-gobierno-sindicatos, contra los obreros, el actual conflicto de Aceros Zapla vuelve a poner en escena la mentira absurda de “los empresarios nacionales y populares», como Sergio Taselli, dueño de la acería palpaleña. En Aceros Zapla el gobierno y la oposición sostienen a Taselli, a quien se cansaron de subsidiar con millonarias sumas todos estos años, a pesar del continuo deterioro de la fábrica y la creciente disminución del empleo luego de la privatización: de 800 trabajadores en 1992, se pasó a 460 en la actualidad.
Hoy, una huelga volvió a tensar los músculos de los trabajadores y la bronca estalló en reclamo por una mejora salarial, el pase a planta de los tercerizados y las pésimas condiciones de seguridad e higiene. Saben que esta lucha se da en un momento en donde la producción de acero crudo creció un 13.3% y el hierro un 2% en abril respecto a igual mes del año pasado y que Siderar acumuló ganancias por $888,26 millones durante el primer trimestre del 2014. Aparece con fuerza en el Norte de nuestro país el sentir de los trabajadores y de sus mujeres y familias que se suman a la lucha de ir por más; abriendo paso para que todo el pueblo de Palpalá se haga fuerte en la defensa de los obreros de Zapla, contra los ataques del gobierno, la oposición, las maniobras del Ministerio de Trabajo, la policía y la justicia; haciendo honor a las históricas jornadas de lucha en los Altos Hornos Zapla que jalonan la historia más rica del proletariado en nuestro país.
Está muy claro que más allá de los discursos de ocasión, en donde la presidenta “decreta” que en nuestro país no existe más la explotación, la principal variable de ajuste que tiene la burguesía es el salario.
Pero como vemos, sus planes chocan con las aspiraciones del pueblo trabajador. Por eso, la lucha por el salario deja de ser una mera reivindicación económica para transformarse en una lucha política, que golpea en el corazón de este sistema podrido.
Las luchas en donde los trabajadores, independientemente del sindicato y de toda instancia institucional, toman las decisiones en asamblea y enfrentan los planes, no sólo de la patronal particular, sino los planes de la mismísima oligarquía financiera que actúa en nuestro país, están marcándonos un nuevo piso en la lucha de clases; que transforma una lucha sectorial en una lucha de toda la clase trabajadora contra este sistema decadente.