Mientras las distintas facciones de la oligarquía financiera se disputan la plusvalía global para tratar de atenuar los efectos de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia, se enfrentan por los territorios, pugnan por los recursos del planeta, llevan adelante guerras en Medio Oriente, Ucrania, Irak, Siria, Somalia, Etiopia, Afganistán, Republica Centro Africana (dejando miles de muertos, pueblos hambreados y arrojados a la miseria total), e “invaden” África, proletarizando compulsivamente a millones.
Llevan la explotación y opresión a niveles hasta ahora desconocidos a los pueblos de Europa y de nuestra America y enajenados por la ganancia, contaminan y destruyen mundo; dejado en el aire un “déjà vu” de guerra mundial imperialista.
Han generado nuevas “alianzas”, para la confrontación interimperialista en el marco de la disputa política del mundo. Es así que enmascarados detrás de sus Estados y gobiernos de Rusia, India, China, Brasil, y Sudáfrica, la oligarquía financiera lanza los Brics, su “nueva propuesta” para la salvación de capitalismo, en momentos que los pueblos del mundo han puesto en crisis política a toda la clase dominante, planteando la revolución como alternativa al caos capitalista.
Las “luces de colores” de los Brics han “encandilado” y “confundido” -no ya sólo a los “buscas globales” que rápidamente aceptaron ser invitados de piedra en una de las mesas del banquete del poder- sino también a otras fuerzas provenientes del campo popular que no sólo confunden la actual Rusia y China oligárquica con la “republica de los soviets” y el “socialismo” e “invitan” a “conocer un poco más la realidad”, sino que también cierran los ojos para no ver el origen del los capitales que “generosamente” ofrecen la “nueva” oligarquía financiera.
El origen de dicha riqueza no es distinta que la del resto de la oligarquía, es la es la acumulación de trabajo expropiado a millones de trabajadores durante décadas de Rusia, India, China, Brasil, y Sudáfrica, de la rapiña y el robo de la propiedad social existente en el socialismo, de la apropiación de los recursos naturales, del sudor y la sangre de los pueblos de gran parte del planeta, y por lo tanto, su conducta política no es, ni será distinta al resto de su clase.
Todo “invite” a la alianza con parte de la oligarquía financiera es un “invite” a participar en la guerra declarada entre facciones de la oligarquía financiera, y la cual no tiene nada que ver con los intereses de la clase obrera y los pueblos del mundo, que hoy luchan por deshacerse de dicha lacra enemiga de la humanidad.
Los revolucionarios ya hemos elegido un camino, que es el NO a la conciliación de clases y haremos de sus guerras la “incubadora de la revolución”.