Por estas horas, más precisamente el día sábado pasado la empresa petrolera Exxon, demás está decir, norteamericana, lleva adelante una alianza global con la empresa Rosneft petrolera Estatal Rusa, en la perforación en el mar de Kara. También han acordado la exploración de esquisto en Siberia y yacimientos en emprendimientos en Texas, territorio norteamericano. La perforación en el mar no se puede parar ya que hay 70 días por delante sin témpanos. Como es lógico, un funcionario del Tesoro Estadounidense pasó por alto la amenaza de sanciones a Rusia y dio autorización a continuar con esa tarea. Demás está decir que un sector de la oligarquía financiera afincada en los Estados se opone tajantemente a cualquier sanción. La crisis política de todo el sistema capitalista. No solo los negocios están primero, ésta decisión enardece a sectores que impulsan un aislamiento al país de Putin. Insistimos con la idea que el mundo capitalista “unipolar” dio paso a un mundo “multipolar” en donde a la concentración económica y de capitales se requeriría una exacerbada concentración política. Un centro de decisión altamente concentrado como se intentó con buenos resultados a partir de finales de la década del 70 del siglo pasado. Recordemos además que la empresa rusa Rosneft, siguiendo con el ejemplo, proyecta con compañías petroleras internacionales como OAO Statoil, de Noruega, y Eni SpA, de Italia extendiendo la crisis “de sanciones” al continente Europeo. En otro orden los capitales financieros radicados en China y EEUU van por África, el “nuevo continente” por una nueva “colonización” capitalista. Hay riquezas naturales pero por sobre todas las cosas un continente con personas de carne y hueso, necesarias para entrar en la producción de mercancías capaces de poner el salario a tasas menores de continentes ya “colonizados” cuya clase obrera exige salarios acordes con la dignidad del hombre. EEUU, China, Rusia, Países de Europa, el propio Brasil, India usan sus plataformas del capital financiero que no tiene Nación para apoderarse de un futuro sin límites sobre todo en el Norte Africano. Millones y millones de almas bajo el escenario de guerras interimperialista, bajo el disfraz de guerras “fronterizas”, “religiosas”, se esconde la necesaria reducción del salario en el planeta para frenar de alguna manera la tendencia decreciente de la cuota de ganancia de los capitalistas. ¿Qué quiere decir esto? Simplemente que las “máquinas” por más desarrolladas que sean por sí solas no generan riquezas, no generan los capitales. Para ello se necesita incorporar ejércitos de personas a las cuales se las pueda robar, es decir pagarle un salario miserable planetariamente mientras que sus manos con el uso de sofisticadas maquinarias produce una mercancía varias veces millonaria en relación a su paga. Se calcula que con los ajustes realizados en los países de Europa y EEUU quedaron en la calle 60 millones de trabajadores, pero la productividad aumentó un 5%, es decir con una cantidad menor de seres humanos se produjo más. Es dramática la situación que padecen en esas sociedades acostumbradas a conquistas sociales significativas. Ese es el fundamental robo que se está perpetrando planetariamente por el capital financiero y a través de los Estados ya monopolizados van por esas tajadas de poder. Detrás de ello viene el interés de la riqueza de cada suelo y en ello radica también el desaforado anarquismo y la crisis política que lleva a declarar guerras enmascaradas con fenómenos secundarios. Rusia forma parte de los BRICS creando un banco mundial paralelo al Banco Mundial del después de la segunda guerra mundial. Israel asume el papel fascista de invadir la franja de Gaza para preservar los intereses estratégicos en la zona. Masacra una población, destruye su humanidad y exacerba la crisis interimperialista. Utiliza metodologías propias del Nazismo. Esto es una crisis política en donde el capital financiero está en todos lados, “sin patria”, en donde ya no importa la frontera salvo que para explotar la mano de obra que va proletarizando el planeta. Esta situación de elevada crisis política interimperialista facilita la marcha de los procesos revolucionarios emprendidos, es más, millones de explotados en países como en China, India, Rusia, los tigres Asiáticos, los propios países otrora desarrollados, América Latina con sus luchas abrieron la gran veta de la revolución socialista. Pueblos que desde fines de los años 90, nos incluimos, comenzamos a no querer más de lo mismo, supimos con certeza saber lo que no queríamos pero por esos años aún la luz de una revolución social era extremadamente tenue. Hoy las luchas anti sistema, anticapitalista ya no son suficientes para abordar el futuro, se necesita desplegar planetariamente las ideas revolucionarias socialistas, en ese marco debemos intensificar el golpe en lo ideológico, afirmar la idea de revolución y combatir el concepto de la “imposibilidad” de revolución o lo que es peor “optar” por una de las múltiples contradicciones interimperialista para servir de furgón de cola a uno u otro interés burgués en pugna. Hablaríamos entonces de un mundo en donde las clases se enfrentan y comprenderíamos que las facciones imperialistas enfrentadas son un único polo a combatir planetariamente por las clases explotadas y oprimidas.