En las últimas horas, la burguesía, se enfrascó en un tiroteo verbal sobre las posibilidades de un estallido social en nuestro país. Así, Barrionuevo, un sempiterno burócrata sindical, torea al gobierno con este tema; y la Presidenta y algunos de sus ministros, se prenden, y como no podían ser menos, algún presumido intelectual trasnochado, redacta páginas en algún diario desarrollando el tema desde una superficialidad que da vergüenza ajena.
Pero, en realidad, los unos y los otros, lo que denotan en el fondo, es el temor que le tienen a los trabajadores y el pueblo movilizado; y lo que tratan de hacer es mostrar, oportunistamente, que un estallido social es producto de un armado conspirativo de determinadas estructuras, al grado ridículo que Capitanich salió a amenazar con abrirles causas penales a quienes hablen públicamente de estallido social.
A veces no se sabe si son o se hacen!!!! Pero entre ellos, burócratas sindicales y políticos, no hay cornadas, y tratan de ver de qué manera pueden descomprimir la tremenda bronca y descontento que existe en nuestro pueblo por la asfixiante situación económica, laboral y social que se padece, siendo el eje principal el de la súper explotación y miseria, con ingresos que se deprimen más y más por la inflación generada por los monopolios y sus políticas de Estado.
Ninguna estructura de la burguesía, sea de la banda que sea, puede tapar el Sol con un dedo pretendiendo esconder o disfrazar el generalizado repudio a la situación en que se vive; al igual que ninguna estructura con concepciones y metodologías burguesas (que otrora les resultaron eficientes) están en condiciones de engañar a nuestro pueblo para inducirlo a una rebelión o a la paz de los cementerios.
Lo de fondo es que la revolución está germinando y amasándose como el pan con prácticas en las masas con un condimento altamente revolucionario, como son la democracia directa que se estrella antagónicamente con todo lo que viene por fuera del sentir y las prácticas más profundas que están llevando las masas adelante.
Estos tipos, si están mirando lo del 2001 se equivocan de cabo a rabo. La revolución que se está gestando aún no cristalizó porque el proyecto revolucionario que encarne y exprese una salida madura y profunda aún es tiene un desarrollo insuficiente. Pero hay un elemento maravilloso que son las prácticas cotidianas que vienen ejerciéndose por miles desde lo local y sectorial, donde se va ganando en experiencia, afianzando sus referentes como verdaderas autoridades políticas, y forjando la conciencia de que todos podemos decidir nuestro destino.
Es verdad, se expresan sumamente dispersas esas luchas, pero no por ello menos profundas, con varios denominadores comunes que, en última instancia, ya están manifestando una unidad nacional, en los criterios y metodologías. Por ejemplo: democracia directa, rechazo a todo lo que viene por fuera del movimiento de masas (llámese roscas, manijazos, bajadas de línea, aparateos, y medidas de fuerza endebles como los paros de 24 hs, y todas esas pavadas que se ejecutan con el afán de descomprimir pero que en realidad no sirven para nada). A esto, el otro elemento sustancial y unificador, es el descrédito y total desconfianza al marco jurídico y legal que expresa el sistema capitalista hoy.
Por eso, en este marco, por más que quieran o pretendan desde el discurso de la burguesía, enajenar lo que se está moviendo, nosotros afirmamos: más y más lucha, no importa que tan grande o tan pequeña ésta resuene. Hoy nada está aislado de ese gran torrente que ya se impulsa hacia el futuro. Todo, aunque imperceptible a la vista, hoy se mueve en una sola e inequívoca dirección: el estallido de una nueva revolución.