La conflictividad, modo como la prensa burguesa rotula la lucha de clases para desdibujar el contenido consciente que implica la lucha por una vida digna, y expresa el cambio revolucionario que anida en el sentir de millones que aunque todavía no se manifieste de forma masiva y contundente está en la primera plana de esos millones y no en los titulares de la prensa burguesa, en el reflejo de los propios intereses de la oligarquía en sus páginas.
Pese al bombardeo mediático sobre las disputas electorales, los chismes, las bravatas y el amarillismo que sobreabunda hasta el hartazgo, es decir al diversionismo, ideológico y económico y político que intenta tapar la realidad, la misma burguesía no puede ocultarla. Se ve obligada a advertir en algún que otro artículo, que la llamada conflictividad social aumenta y se profundizara. Las causas son sin dudas la carestía, los bajos salarios, la explotación, inflación, el desempleo, etc., o sea el deterioro manifiesto de la vida de millones de compatriotas.
Una nota del diario La Nación sobre el análisis de SEL Consultores, Mercados y Tendencias y el propio Indec, informa sobre la base de sendos estudios que el aumento de la lucha laboral, salarial y gremial es de casi un 100% respecto del 2012 y “los paros (en agosto) registraron un aumento de 25 veces frente al mismo mes del año pasado” y agrega en la voz de uno de estos analistas, el señor Blanco, “estoy muy preocupado porque para lo que queda del año todo parece empeorar y el gobierno mira para otro lado”.
Pero además en este análisis de la prensa burguesa – basado en 150 grandes empresas-, sobresale el hecho que frente a las conducciones gremiales subordinadas a las patronales, la correlación a favor de nuevas expresiones de lucha se han elevado un 64%. Lo que marca una decidida oposición política en el seno de la clase obrera y los trabajadores en general a todo el andamiaje institucional, la mentira y el engaño de toda la superestructura, que pone el acento en sus propias metodologías de lucha independiente, (asamblea, democracia directa, comités fabriles etc..) afirmando una situación que deja de ser tendencia, para constituirse en camino para imponer sus propias demandas y al mismo constituirse como fuerza de clase.
Atentos a esta realidad la burguesía se esfuerza en darle aire a la cuestión electoral es decir al engaño, como única respuesta política frente a su propia crisis y como se ve cotidianamente, saturar hasta el hartazgo con cuestiones que no están en la mente de millones, que son sin ninguna duda la solución real a las propias condiciones de vida, que implican, alimentación, trabajo, salud, educación, vivienda, etc.. y que el poder enfrascado en sus negocios a costa del empeoramiento de las condiciones de vida de millones no tiene ningún interés en resolver y ni pueden hacerlo.
La lucha de la clase obrera y el pueblo rompe con todo intento de disciplinamiento a la espera de un futuro gobernante prometedor de grandes cosas. La llamada transición sin sobresaltos, tranquila, al 2015 reclamada por toda la superestructura, se desdibuja día tras día a medida que la lucha de clases determina con toda crudeza la agudización del enfrentamiento y la incapacidad del poder por esquivar su acoso, y aquí todos sus aparatos hacen agua desde el oficialismo hasta la oposición, desde el reformismo hasta el progresismo desde dentro y desde fuera del gobierno.
Este acoso de la lucha de clases que existe con independencia de los individuos, por más que la burguesía se empeñe en desdibujar su agudeza, también determina la conducta de los revolucionarios, que por el contrario y a favor del sentido que adquiere la lucha de millones, deberemos expresarlo decididamente en la multiplicación de las ideas revolucionarias como aglutinadoras del camino revolucionario a seguir para los cambios que anhelamos y son las primeras planas de los intereses de los intereses de la clase obrera y el pueblo.