Desde hace 5 días un bloqueo en la aduana en las provincias de Neuquén y Rio negro, por parte de los trabajadores empacadores de frutas, mantiene paralizada las exportaciones de la producción de peras y manzanas que en su mayoría tenían como destino, Brasil. El reclamo de los trabajadores, exige un aumento de un 40% de incremento salarial, tras la denuncia de la violenta pérdida del poder adquisitivo, por el aumento de la inflación en el costo de vida, y por ende de la devaluación del valor real del salario en el último año. La cámara de fruticultores, que nuclea a las principales empresas monopólicas del sector, comunicaron que el conflicto les represento un duro golpe a sus ganancias, con un saldo de pérdidas de 36 millones de pesos. Y con lágrimas de cocodrilo, luego de que sus ganancias hayan sido enormemente beneficiadas, por la devaluación del peso, representándoles un bajo salario devaluado con una exportación a precio internacional en dólares, anunciaron que: «El daño se va a multiplicar si la medida no cesa en lo inmediato: la fruta que no salió una semana, no saldrá la próxima y los contenedores que no se cargan en el momento previsto requieren una reprogramación logística y costos extraordinariamente mayores, sin mencionar lo que significa incumplir compromisos internacionales» La exportación de manzanas y peras en nuestro país es uno de los importantes negocios de los monopolios, en la región Patagónica, siendo que representa el 50% de las exportaciones de frutas desde la argentina hacia el mundo. Entre el 80% y el 90% de la producción total de peras y manzanas en la Argentina, se producen en la zona de Alto Valle de Rio Negro y Neuquén. Para la garantizacion de este gigante negocio, la burguesía necesita de la explotación de más de 50 mil trabajadores del rubro, a los cuales se le extrae plusvalía en la producción, desde la cosecha, hasta su industrialización en el empaque, la conservación y la extracción de jugos para otros derivados. Y fundamentalmente en estos últimos años, las ganancias de las empresas han crecido enormemente, tras la apertura de la exportación fundamentalmente por el bajo costo de la mano de obra y la incorporación del mercado chino. Y así podríamos seguir enumerando datos, que favorecen a este gigante negocio con políticas de estado para garantizar el enriquecimiento de los empresarios a costa de la explotación y el sudor de nuestra clase obrera. Por lo tanto el bloqueo y la paralización a las ganancias de la burguesía, por parte de los trabajadores empacadores de fruta por un aumento salarial, en el sur de nuestro país, no solo significa un reclamo justo e inmediato, sino que también representa un importante golpe a los planes de la burguesía, que pretenden llevar a los salarios, a bajísimos costos para obtener mayores ganancias. Este conflicto, significa una clara demostración del poder que tiene la clase obrera cuando decide golpear en el corazón de los monopolios.