(Artículo recibido desde Mendoza, enviado por los trabajadores estatales en lucha).
El trabajador del Estado es un proveedor de servicios indispensables y básicos para la sociedad, como la salud y la educación. La dependencia de un ente gubernamental en esta sociedad capitalista hace que los métodos de lucha ideológica y política sean diferentes de los demás trabajadores, cuyas fuerzas productivas hacen aumentar el capital de los monopolios. No por ello son menos importantes en la cadena productiva, porque un individuo para producir mayor plusvalía debe tener conocimiento en su labor y un excelente estado físico, mental y social. Ahí es donde entra la función del trabajador de la salud y la educación.
La salud pública es un bien y un derecho de toda persona, en nuestro país el Estado debe garantizar una buena atención en promoción, prevención y tratamiento de la población enferma, ser gratuito y extensible a todos por igual. En un Estado en donde los intereses de los que gobiernan están enfocados y centrados en defender, favorecer y aumentar los capitales de los grandes monopolios que se nutren de nuestro trabajo, la salud pública está en segundo o tercer lugar.
Hoy la salud es un gran negocio. Grandes laboratorios lucran con la enfermedad de las personas lejos de darles una solución o bienestar, por el contrario todo está pensado para crear una dependencia de eternos enfermos que cada día necesitan más medicamentos para sentirse medianamente saludables. Es por ello que el avance de este negocio sobre la mediación del Estado es cada vez mayor, y la tendencia actual es caminar hacia una salud privatizada o tercerizada.
Los trabajadores de la salud sentimos este avance sobre nuestras condiciones laborales, los salarios y los medios con los que contamos para brindar una atención óptima a la población. Hoy se habla de “mayor productividad” y pago por “mayor prestación” cuando los recursos técnicos y humanos son los mismos y en muchas ocasiones inferiores. Esto induce a que se trabaje más, en peores condiciones y los servicios no sean suficientes; es por ello que el gobierno planea hacer uso de los servicios privados de salud, favoreciendo a los amigos y a sus propias inversiones.
Los cargos liberados por jubilación o fallecimiento de los empleados no son cubiertos automáticamente con nuevo personal, las partidas presupuestarias de los cargos vacantes se pierden en los bolsillos de los funcionarios de turno. Lo peor de esto es que aparecen modalidades de dependencia contractual que rayan en el empleo en negro, ya que se hacen convenios por “prestación”, “becas”, “pasantías”, todas ellas mal remuneradas, pagadas a destiempo y cuando al gobierno le viene en ganas, en donde el trabajador pierde cualquier derecho y sobre todo el de reclamar por sus condiciones precarias de relación de dependencia.
Pero, mientras más aprietan, mayor es la lucha y la fuerza con la que se combate. Los trabajadores luchamos con la propaganda y la agitación, nuestras estrategias se basan en organizar, informar, denunciar, unir a todos los trabajadores aunque haya diferencias funcionales y profesionales entre ellos. Incentivamos luchar en equipo ya que conformamos un equipo de trabajo. Proponemos sumar en la lucha a la población que también se ve perjudicada por estas políticas de exclusión y de vaciamiento de la salud pública.
Así confluimos un grupo de trabajadores estatales de distintos sectores, en lo que hemos llamado Agrupación Estatales Unidos por la Lucha; ideamos y creamos un boletín informativo y crítico de las políticas del Estado, donde invitamos a participar en su elaboración y a denunciar todas las irregularidades que ocurren en cada sector y que no se conocen públicamente. Queremos que todos sepamos lo que pasa en cada lugar de trabajo, que conozcamos lo que le sucede a nuestro compañero aunque trabaje en otro hospital o centro de salud, aunque esté en una posta sanitaria en el medio de la nada tiene que saber que hay otros que sufren la misma explotación y falta de dignidad y que de alguna manera se las enfrenta con distintas modalidades de lucha.
Por estos días hemos difundido el Boletín N° 3 y volantes por la reapertura de paritarias y recomposición salarial (20% como mínimo), basados en los índices reales inflacionarios, la incorporación a planta de los compañeros precarizados, la eliminación del impuesto al salario, nuestro incondicional apoyo a la lucha contra la mega minería contaminante y la inmediata destitución del Ministro de Salud de la provincia (Matías Roby), un fascista que ha hecho de la persecución a compañeros profesionales y no profesionales su caballito de batalla para coquetear con medios de desinformación de la burguesía que lo ven y postulan como posible sucesor del actual gobernador.
Nos paramos en la organización de las Asambleas en cada lugar de trabajo, en donde participe, opine y decida cada compañero, en un ejercicio de democracia directa. Exigimos la autonomía de los sindicatos y que se respeten los mandatos trasmitidos por los delegados en cada plenario general, así garantizar la independencia de clase y la unidad de acción en la lucha de los distintos gremios que representan a cada sector de empleados públicos.
Asambleas, democracia directa, independencia de clase, lucha unitaria, es la síntesis para garantizar una real defensa de nuestro salario y dignidad como trabajadores y la defensa de la salud pública porque no queremos seguir pagando las deudas ajenas con el sudor de nuestra frente y con los centavos de nuestros bolsillos.