Luego de más de 10 días de huelga (en el marco de tres años de lucha ininterrumpida), producto de algo más que el reclamo puntual de los 35 despedidos, los trabajadores de VALEO, en Asamblea, decidieron acatar una conciliación obligatoria que coloca en un compás de espera la situación “legal” del conflicto.
La extraordinaria lucha de los trabajadores de VALEO deja bien en alto y en claro que lo único que no entra en un compás de espera es la lucha de clases, sea por la actitud de las clases dominantes y su trilogía monopolios-gobierno-sindicatos; sea por la organización independiente del movimiento obrero revolucionario y las mayorías obreras, que, más allá de las dificultades, son conscientes, y así lo demuestran, que un río de injusticias y atropellos separan a la clase obrera y al pueblo de la oligarquía financiera y sus gobiernos.
Dadas así las cosas, consideramos importante denunciar el papel que jugó, y cómo lo jugó, la transnacional VALEO, el gobierno a través del Ministerio de Trabajo, y el mismísimo Caló en persona, jefe de la mafia llamada CGT y UOM, al igual que la UOM en Córdoba. En la parte netamente formal, el Ministerio de Trabajo decretó la “conciliación” por 15 días dejando expresamente prohibida la entrada a retomar sus tareas a los despedidos (por lo tanto ya no es conciliación). O casualidad, cuando venza dicha conciliación hay vacaciones programadas hasta el 2 de enero del 2015, cuando se arrancaría con la producción con todo. Es decir, en el momento en que quedan “liberadas las partes” los trabajadores se encontrarían de vacaciones.
El acuerdo está firmado por VALEO y Caló. Pero la justificación que se dicta más allá de lo cobarde y artera de la resolución, muestra a todas luces que el claro objetivo de los despidos era golpear la organización de los obreros (como lo anunciáramos desde un inicio en nuestras páginas) pues alega el Ministerio que “se ven obligados a tomar esta decisión en bien de la paz social en Córdoba”.
Mientras exista la explotación del hombre por el hombre, y aunque no nos encontremos hoy en una situación beligerante, la paz que conocen los pueblos en este sistema solo es la de los cementerios, porque todos los trabajadores del país, y el pueblo en general, sufren los padecimientos y penurias y degradación del hombre por parte de este sistema. Todo nuestro pueblo sabe que los capitales que gobiernan hoy en nombre de los derechos humanos son los mismos capitales del genocidio de la dictadura, son los mismos que ordenaron y sostuvieron en pos de sus ganancias la persecución y muerte de miles de obreros y hombres de nuestro pueblo.
El problema radica hoy en que la tenaz lucha de nuestro pueblo se acrecienta, la situación está tensa y la mayor preocupación del poder dominante es el surgimiento desde la lucha de una salida revolucionaria. Tan débiles se sienten ante tremenda amenaza que se ven empujados a cometer estas torpezas. Improvisan. Tapan agujeros. Por eso la lucha de los trabajadores de VALEO se constituye sin ninguna duda en un tremendo golpe político a la burguesía monopólica, pues todos los obreros de Córdoba son testigos de esta confrontación, y ya fue asimilada, para que cuando vengan momentos más propicios (como la necesidad de los negocios) emprenderán el mismo camino que los trabajadores de VALEO.
Estas nuevas camadas de jóvenes obreros comenzaron ya en los hechos a seguir el mismo camino que protagonizaron sus padres y sus abuelos, con una diferencia sustancial: todo se da en un espiral ascendente con un enemigo políticamente cada vez más vacío de política y en plena decadencia.
Estas luchas reafirman la decisión de la clase obrera: mientras la burguesía se refugia en sus maniobras, la clase avanza en experiencia; sus vanguardias, surgidas al calor de estas
luchas, comienzan a encabezar la locomotora que la propia burguesía es incapaz de frenar.
La lucha de los trabajadores de VALEO, junto a otras luchas silenciosas que se vienen dando, han marcado el camino a fuego de un devenir casi inmediato del nuevo escenario de la lucha de clases, donde nuestro proletariado cordobés, al igual que el resto del país, ya están poniendo sobre la mesa lo más rico de las tradiciones de lucha de nuestro maravilloso pueblo. ¡¡¡VIVA LA LUCHA DE VALEO!!!