El proyecto del gobierno nacional para la reforma del Código de Procesal Penal, como toda iniciativa de la burguesía monopolista, se utiliza para cambiar algo sin cambiar nada de fondo; de paso, se le incluyen algunas medidas que apuntan directamente a penalizar la lucha del pueblo.
Entre toda la perorata presidencial, las medidas sobre la prisión preventiva a los que produzcan “conmoción social”, como la expulsión de extranjeros que cometan delitos son dos caras de una moneda. Una y otra se complementan para tratar de delincuentes y criminales las acciones que a la burguesía se le antoje y, por lo tanto, caerle con todo el peso represivo a los que luchamos y nos organizamos para combatir al sistema.
Más grave aun es dado que si un extranjero es detenido por actos como los que el proyecto tipifica sería deportado sin más trámite, reeditando la vieja “Ley de Residencia” que en 1902, bajo la presidencia del genocida Julio A. Roca, expulsaba del país a los inmigrantes que luchaban a la par de los nativos por sus derechos y que aportaron grandemente en la creación de organizaciones obreras y populares.
La Presidenta habló de las “puertas giratorias” por donde entran y salen los delincuentes. Cabe preguntarse si esa descripción incluye a los funcionarios, políticos, empresarios, jueces, burócratas y a ella misma a la hora de rendir cuentas. Como sabemos y el saber popular confirma, los de arriba nunca van presos y son ellos los principales beneficiarios de esas puertas de la “justicia”.
Porque lo que sucede con los delincuentes de menor rango es reflejo de lo que sucede con los de mayor piné. Los de arriba nunca van en cana y, por lo tanto, el Estado y sus instituciones terminan tejiendo una red de corruptela tan extraordinaria que termina deslegitimando a las propias leyes burguesas. En otro plano, lo que sucede cuando un conflicto laboral no puede ser controlado por los aparatos de la burguesía y ésta termina pisoteando su propia legislación para quebrar a como dé lugar la lucha, es parte de lo mismo.
Esta es una de las causas principales de la profunda crisis política que atraviesa la burguesía en la Argentina, por la que todas sus iniciativas nacen heridas de muerte debido a que son impotentes para generar algún mínimo consenso en la población.
Una cosa es escribir la letra de la ley y otra, muy distinta, es luego poder aplicarla. Por lo tanto, así nace el proyecto presentado.