¿50 aniversario de IDEA, o del verdadero parlamento?

7000 monopolios controlan el 51% del PBI Mundial.

Imagínese lector que si 7000 monopolios controlan el 51% del PBI mundial, tienen que controlar algo más que la economía, algo más que les garantice avanzar en una mayor concentración para facilitar sus ganancias.

¿Qué es ese algo más?

¡El Estado!

Ahora bien: El Estado está compuesto por Instituciones. Entre ellas  El Parlamento, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, las Instituciones represivas, etc. ¿Quiénes ocupan esos lugares para  desde allí aplicar la dominación contra las mayorías?

Todos los argentinos sabemos, sospechamos, intuimos por experiencia propia que todas esas instituciones están corrompidas, ese es el común denominador en  nuestro pueblo y la base de un grado de conciencia social. ¿Pero en dónde radica fundamentalmente esa corrupción?

El Estado Argentino está comprendido por las generales de “la ley”. Los monopolios que planetariamente tienen el control de los Estados  en nuestro caso no hay excepción, por el contrario en los sucesivos gobiernos se legisló y gobernó a favor de esas minorías.

Un ejemplo emblemático fue Martínez de Hoz, un hombre de los monopolios al frente del Estado profundizando los caminos echados a andar de ese apoderamiento al que hacemos mención. Anteriores a él y posteriores no detuvieron su marcha, la concentración económica y centralización de capitales es independiente de la voluntad de los hombres, están sometidos a leyes que rigen el sistema capitalista y los sistemas de explotación del hombre por el hombre.

En la reunión anual de IDEA, que reúne a esos “grandes empresarios” (monopolistas) lo que en el fondo se está debatiendo es: ¿qué sector de ellos ocupará las trincheras fundamentales del Estado? Y es allí en donde dirimen sus intereses poniendo a las Instituciones en el felpudo en el que por décadas se mueven.

Lugares nauseabundos desde donde se hacen acatar las decisiones de estos centros de poder.

Unos y otros monopolios disputan el Estado para desde allí favorecer sus ganancias. La Presidenta y su séquito de ministros, los parlamentaristas, el poder judicial a pleno son parte y arte de esos negociados. Dirimen con la Ley en la mano (¡su ley!) a favor de uno u otro interés ya globalizado e instalado en el Estado. Son guerras intermonopolistas y este 50 aniversario no puede disimularlo.

El código penal, el proyecto del código de procedimiento penal, el código civil y comercial ya legislado, la reunión de hoy de IDEA son todos la manifestación más cruda de ese dominio clasista que con este gobierno reafirma la presencia de hombres que son parte de esos monopolios y desembozadamente continúan los pasos de esos Martínez de Hoz haciendo una afrenta contra el pueblo.

El 50 aniversario de IDEA es un acontecimiento del verdadero “parlamento” de la clase dominante.

Mientras tanto esa conciencia social a la que hacíamos referencia les cascotea el rancho, les pone piedras en el camino, es impensable para esa clase dominante gobernar sin tomar en consideración el “aliento en la nuca” que el pueblo le está metiendo cotidianamente y desde hace años.  Están condicionados  a pesar de todo el instrumental legal que los protege. El estado permanente de movilización que por años se viene sosteniendo, el debate que hay en casa de cada trabajador no sólo no se ha detenido sino que además aparece con mucha fuerza la idea de una salida a tal situación.

Crece sobremanera la búsqueda de una salida o alternativa. Así las cosas no pueden seguir. Estamos muy mal.

Pero a la vez ya estamos cansados  de limitarnos a protestar por todo y una parte de la población está muy abierta a recibir las ideas de la Revolución social, de cómo salir  de una situación ya varias veces repetidas por el poder.

Es en esta dirección de pensamiento que se hace necesario multiplicar la propaganda revolucionaria confiando que en uno y otro rincón de nuestro país habrá quienes, de una u otra forma, recojan el guante de la revolución bajo la idea de avanzar a la centralización de planes revolucionarios que están en marcha y que apunten a la lucha por el poder para construir un Estado revolucionario.

Todo está en movimiento, pero por sobre todas las cosas, la conciencia social va por más sobre la base de un piso que es muy alto:

¡Las instituciones del Estado están corrompidas y controladas por los monopolios pero no logran doblegar al pueblo!

 

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