Nuevamente una oleada de luchas obreras y populares en el mundo golpean los intentos de implementar a rajatablas, las políticas de ajustes económicos por parte de la oligarquía financiera mundial. Entre las más trascendentes, en la ciudad de Bruselas, Bélgica, se concentraron más de 100 mil personas, para protestar contra los anuncios decretados por el gobierno belga recientemente electo, que pone en funcionamiento un plan político de elevación de la edad jubilatoria y el congelamiento de los salarios. Como era de esperar, la jornada terminó con un violento enfrentamiento entre los manifestantes y la policía, que dejó a más de 60 heridos y una treintena de detenidos. Esta movilización, es el comienzo de una campaña de movilizaciones, que culminarán en una huelga general convocada por los sindicatos. La prensa burguesa en el mundo, titula esta noticia como algo inesperado e impensado en un país supuestamente “referente” del orden capitalista, donde ya se anuncia a esta movilización, como la más grande en los últimos tiempos de ese país.
Desde ya, y como venimos planteando, la crisis política y económica a nivel estructural, en la que se encuentra el capitalismo a nivel mundial, producto de la sostenida caída de la tasa de ganancia, como consecuencia económica natural del capitalismo, una vez más en la historia, el poder de los monopolios en el mundo, intenta solventar su crisis, con el sudor y la sangre de la clase obrera y los pueblos. Pero a diferencia de otras épocas de la historia, las movilizaciones y luchas de masas, desatadas en todos los rincones del planeta, se multiplican y se acrecientan, contra un capitalismo en estado de putrefacción, que sólo tiende a hundir cada vez más a los pueblos en una catástrofe humanitaria.
En la Argentina, el panorama no se diferencia, en lo más mínimo, del resto del mundo. Por el contrario la política de la oligarquía financiera y su gobierno, intenta y propone permanentemente el ajuste que recaiga directamente en las espaldas de la clase obrera y del pueblo.
Aunque en estos últimos días, el ministro de economía Axel Kiciloff, pretenda endulzar los oídos a la audiencia, con discursos de tinte populista afirmando que: “no se sale de una crisis a través de las políticas de austeridad”, en relación a los anuncios de una auditoria representante del FMI, que con la brújula perdida. Kiciloff hace su habitual llamado a un supuesto Estado benefactor, en una línea de pensamiento ahistórica y mentirosa, en medio de un capitalismo monopolista de Estado, donde las instituciones del Estado, funcionan y toman sus decisiones en los despachos gerenciales de las grandes empresas monopolistas.
El ministro de economía, pretende esquivar en ojotas y disimular con una torpe gambeta, que en la Argentina, como nunca el, gobierno “nacional y popular”, está aplicando una política de austeridad y ajuste, con la enorme inflación; el aumento exorbitante de los impuestos; la quita indiscriminada de una parte del salario de los trabajadores con el «impuesto a las ganancias»; la devaluación; el achicamiento del presupuesto público del Estado a la salud, la educación y a políticas públicas para el mejoramiento de la infraestructura para la vida del pueblo, donde en estos últimos días miles de habitantes han quedado a la deriva en las inundaciones por el temporal. Y así podemos seguir anunciando una larga lista de medidas políticas que día a día hacen que la clase obrera y el pueblo tiendan a perder su poder adquisitivo y empeorar sus condiciones de vida. Por lo tanto señor Kiciloff: USTED NO ENGAÑA A NADIE.