Ha comenzado un invierno caliente en el terreno de la lucha de las clases en Europa. El rechazo y enfrentamiento de la clase obrera y el pueblo al salvaje ajuste propuesto por la oligarquía financiera, han puesto en crisis su poder omnipotente.
El finalizado otoño ha estado signado por huelgas y manifestaciones en todo el continente. La última huelga llevada adelante por los trabajadores del trasporte –aéreo, ferroviario y automotor- que paralizó durante cinco días la totalidad de la “eficiente” producción industrial alemana, junto a las prolongadas huelgas de los trabajadores ferroviarios, de la linea aérea Lufthansa y de los controladores aéreos, han hecho sacudir a toda la burguesía, que sufre las consecuencias de uno de sus pilares de su “éxito” económico: el «just-in-time».
En Italia, el último 14 de noviembre, en lo que la burguesía llamo “il venerdì nero” (viernes negro) donde trabajadores, estudiantes, sindicatos de base y movimientos sociales, entraron en huelga y tomaron la calles paralizando la actividad industrial y comercial en 50 ciudades del país contra la flexibilización laboral, la ley de empleo joven y la reforma educativa.
En la Bélgica proletaria y cuna del surrealismo, el paro activo en la región de Lieja, Namur, Flandes oriental y Flandes occidental contra las políticas de “austeridad” que aumenta la edad de jubilación, reformas en las pensiones que intenta suspender la indexación salarial anual. 8000 trabajadores organizados generaron 3000 bloqueos en rutas y ferrocarriles, paralizando los puertos y aeropuertos y 500 empresas entre las que se encuentran las poderosas Volvo y Arcelor Mittal. Todo esto, recalentado el escenario para la huelga general del día 15 de diciembre.
En España y Grecia las cosas no son muy distintas, donde el alto enfrentamiento a las políticas de ajuste ya tiene su historia.
Lo cierto es que la primera quincena del invierno encontrará a media Europa con el sello de huelga general, reafirmando la voluntad de enfrentamiento de los trabajadores y los pueblos a enfrentar la política universal de la burguesía: el ajuste sistemático; y haciendo alejar su sueño de la esclavitud eterna en el terreno político, ideológico y cultural de los pueblos.