La reapertura de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU es un gran triunfo del pueblo cubano movilizado luego de 53 años de un bloqueo injusto e inmoral para una sociedad humana.
Acompaña este histórico logro la liberación de tres prisioneros alojados en las cárceles de EEUU.
Nada es casual, este hecho se enmarca en todos los acontecimientos internacionales en donde la clase obrera del mundo y los pueblos oprimidos no dan descanso a las políticas de los Estados monopolistas en el planeta.
Mucho se dirá del anacronismo del bloqueo, de las negociaciones por arriba del Papa, de la pérdida de negocios en el país vecino por parte de EEUU, el quiebre de la política de aislamiento del país del norte con América Latina, etc. Todas verdades a medias, y muchas de ellas de gran peso, sin embargo los revolucionarios debemos extender la mirada de este acontecimiento y ligarlo rápidamente a las embestidas populares que agudizan las contradicciones interburguesas que se están disputando palmo a palmo, produciendo quiebres en la oligarquía financiera internacional para una ansiada centralización política que se corresponda con la gran concentración y centralización de capitales.
Saludamos este triunfo del pueblo cubano, nos ponemos de pie para abrazar esta revolución socialista que durante tantas décadas ha sabido sostener sus principios buscando permanentemente, y en las peores condiciones, una sociedad digna. Una revolución que despertó la simpatía de nuestro pueblo y permitió acompañar debates tan necesarios como la lucha por el poder, hoy más vigente que nunca.
En cada conquista profundizar las ideas socialistas, sostenerse ante el embate ideológico de las clases dominantes y tener en vilo con la movilización permanente de los pueblos las iniciativas que las masas en el mundo están tomando.