Trescientos setenta obreros dijeron basta a los maltratos que sufren en el ingenio Arno. Los someten a jornadas extenuantes de 12hs, que se extienden hasta 18 en algunos casos, con riesgo constante de accidentes, sin cobertura de seguridad social. Todo esto por un jornal que ronda los $200.
Y ahora les dicen que no hay plata para pagarles el sueldo completo. Les ofrecen menos de la mitad de lo que les corresponde por el mes trabajado, y está la amenaza de que se extienda al aguinaldo y las vacaciones.
Están organizados en asamblea, con delegados genuinos, trabajadores como todos los demás. Uno de ellos lo expresó con claridad: «aprendimos que tenemos que luchar todos juntos». Días atrás salieron a la ruta después de intentar resolver el conflicto en las oficinas de la administración. El planteo patronal fue que la empresa estaba perdiendo plata y por eso no les pagaban. Todavía no aparecen las respuestas. Este reclamo es sólo el punto de partida porque las necesidades y los problemas son muchos.
Los patrones que manejan el ingenio son parte de una organización que funde el poder político con el económico: la Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria. El intendente Paduan, un concejal, un contador y un administrador «sin título pero especialista en dibujar los números», son los responsables de la situación. El senador provincial Marcón, oriundo de la ciudad vecina de Avellaneda. los llamó grupo de pendencieros. Los obreros luchan por su dignidad y denuncian a estos funcionarios de lengua filosa que nunca se acercan a ver las condiciones en que producen la riqueza del pueblo.
El norte de Santa Fe es una zona olvidada. La región se sostiene con una industria que está deteriorada, pero los trabajadores la mantienen de pie con su esfuerzo. El corazón de Villa Ocampo late con sus obreros. La lucha y la unidad son su garantía de conquista.