Desde el lunes 9 de febrero los habitantes de Pichanaki, de la provincia de Chanchamayo – Perú- declararon un paro y bloqueo por tiempo indeterminado en la región convocada por el Frente de Defensa Ambiental – organización política social que contiene a los trabajadores petroleros y la comunidad de la localidad – y ha entrado en “guerra” contra la petrolera “argentina” Pluspetrol exigiendo la cancelación del contrato de exploración.
La empresa “argentina» de las familias Rey y Poli que controla el 40% del petróleo y el 95% de gas de Perú y que en nuestro país es sospechada de que encubre parte de los negocios de la corrupción política, de la privatización y posterior nacionalización de las reservas petroleras de las 3 últimas décadas, ya ha destruido la selva y contaminado cuatro cuencas de la región de Loreto, donde la empresa mantiene otro conflicto con comunidades indígenas.
El conflicto comenzó en el 2013 cuando la empresa petrolera emprendió la explotación de los 1200 km2 de selva peruana produciendo la contaminación y el daño ecológico de toda la región agrícola, base de la economía de las comunidades locales.
Hartos de la indiferencia política estatal y cansados de las miles de peticiones sin respuesta, la comunidad tomó en sus manos la expulsión de la empresa.
El 10 de febrero en el marco de la huelga acatada por el 95% de la población y cortes de las rutas de la región miles de pobladores ingresaron al campamento logístico de la empresa Pluspetrol, ubicado en los terrenos del cuartel del ejército y destrozaron las carpas y destruyeron equipos y combustible.
En el duro enfrentamiento perdió la vida un estudiante, otras 144 personas resultaron heridas, (28 civiles y 4 policías por impacto de bala y 28 soldados por armas blancas).
La embestida popular obligó al repliegue de las fuerzas represivas estatales, el llamado a una mesa de “diálogo” por parte del gobierno que además ordenó a la empresa retirarse de la región.
Las comunidades de Pichanaki, sus trabajadores y su organización política han hecho posible dar un salto en la calidad en el enfrentamiento y pone blanco sobre negro los “cómo” se enfrenta el desquicio capitalista su Estado y sus gobiernos.