Durante el discurso de apertura del congreso el pasado 1 de marzo la presidente Cristina Kirchner mencionaba, en la cuarta hora de discurso, como de pasada algunos “logros” recientes de su gestión, mencionando varias entidades estatales como para quedar bien con todos. En la volteada le tocó al INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), instituto creado en 1957, cuyo objetivo consiste en brindar asesoramiento técnico, certificar ensayos bajo normas internacionales, estándares de medición y desarrollar nuevos productos transferibles a la industria. Veamos qué nos decía la presidente:
“Una noticia maravillosa. Un equipo de técnicos del INTI desarrolló un pegamento a base de proteínas de leche cuyo poder de adhesión es igual o superior a los sintéticos utilizados para el pegado de papel sobre el vidrio incluso con un precio de producción menor.”*
Mientras decía esto se podía ver la sonrisa estúpida de la ministra de Industria (de quien depende el INTI en forma directa) Débora Giorgi, como regocijándose del reconocimiento que le estaban otorgando, ya que en la mentalidad de estas gentes los logros no son de los técnicos, profesionales y auxiliares que ponen el hombro día a día, sino del regente de turno que se encargue de explotarlos. Así, superficialmente presentado el anuncio pareciera que no hay problemas en esta “quintita” del Ministerio de Industria. Pero lo que se olvidó de reseñar esta señora, y que también parece haberlo hecho su elogiada ministra, es la situación política y económica actual del INTI, la cual los trabajadores vienen denunciando desde hace ya años.
La abrumadora mayoría de los trabajadores del INTI se encuentran con contratos de trabajo (LCT), motivo que llevó a una huelga de 6 meses durante el 2012, conflicto que finalizó con el compromiso de las autoridades de pasar a planta a los 1500 trabajadores contratados. No queremos ahondar en detalles aquí, pero sólo de pasada mencionaremos que al día de la fecha ni un solo trabajador ha sido pasado a planta permanente.
Además, los trabajadores vienen denunciando una política continua de vaciamiento que se manifiesta en falta de insumos para poder realizar ensayos cotidianos, para trabajos de desarrollo; pésimas condiciones edilicias con edificios donde cada vez que llueve se inundan (sí, se inundan laboratorios enteros con instrumental analítico de gran valor, biblioratos, computadoras, etc.) ya sea porque los edificios son muy antiguos o porque las empresas constructoras que los realizaron por licitación Estatal curraron como siempre con el político de turno para lavar dinero, etc.; falta de líneas de trabajo en general; de capacitación del personal; de elementos de seguridad; desbordamiento del jardín maternal, etc.
Para dar una idea del nivel de desidia y burocracia por parte del Estado con respecto a la situación del INTI, los últimos dos años por cuestiones “administrativas” hubo falta de reactivos porque no se realizó el trámite del SEDRONAR (además de la falta de dinero para poder comprarlos, una entidad estatal con casi 3000 trabajadores no puede trabajar por… no realizar un trámite con otra entidad estatal, como lo es el SEDRONAR!!!).
Por otro lado, a pesar de los constantes reclamos del personal de mantenimiento sobre la situación edilicia y especialmente la parte eléctrica, el día 12 de febrero explotó y se incendió la sub estación transformadora que se encuentra dentro del PTM (Parque Tecnológico Migueletes). El fuego, apagado por los trabajadores de los distintos centros de trabajo que colaboraron hasta la llegada de los bomberos, no fue razón suficiente como para evitar que se sigan tapando con parches los problemas, ¡ya que la orden que se les dio a los técnicos de mantenimiento fue la de seguir trabajando con un transformador menos! O sea que en cualquier momento revienta todo nuevamente.
Los desarrollos e investigaciones que se realizan, como el que mencionó la presidente, son el resultado de la creatividad y los malabares de los trabajadores, ya que no cuentan con insumos para la realización de los mismos, no existe financiación interna para este tipo de proyectos especiales y toda financiación para el desarrollo en investigación actualmente es obtenida con financiamiento externo, ganando subsidios en diferentes concursos a nivel nacional y latinoamericano. Pero lo que sorprende no es eso, sino que si un profesional gana un subsidio, la traba burocrática que le imponen las gerencias de INTI le impiden cobrar esa plata en tiempo y forma como para poder avanzar normalmente en los proyectos, pagar a proveedores, viajes, etc.
Es tal el grado de crisis política que tiene el Estado capitalista, que cada palabra emanada desde el poder se le vuelve en contra, y eso que aquí nos estamos refiriendo tan solo a 30 segundos de un discurso de más de cuatro horas plagado de mentiras, desprecio y subestimación hacia nuestro pueblo.