Hace meses que se iniciaron las campañas electorales, de discursos grandilocuentes, de promesas de un país mejor y de todo lo que el pueblo ya conoce y no cree.
A los políticos de turno (“oficialistas u opositores”) se les hace muy difícil, en estos momentos, convencer a un pueblo que viene acumulando en su haber experiencias de lucha, de organización autoconvocada y democracia directa.
Ya pasaron esas épocas donde se esperaba algo de sus promesas mentirosas y oportunistas para luego golpearnos con la realidad. Hoy son los políticos los que se golpean con la realidad, al ver que nadie les cree y no sólo eso, el pueblo resuelve lo que ellos no hacen con lucha y más lucha.
Como ocurre con los vecinos de Virrey del Pino, La Matanza, que hace años que vienen peleando por la construcción de escuelas dignas. En la escuela Nº 73, del km 41.700 de la Ruta 3, no tienen lugar físico donde estudiar y el terreno que consiguieron les ha sido usurpado por un vecino. El lugar donde estudian es muy chico para la cantidad de alumnos que son y están hacinados, con aulas repletas.
Padres, alumnos y docentes luego de pasar por varias instancias burocráticas y obviamente sin recibir solución alguna, decidieron tomar la escuela y cortar la ruta a la altura del colegio para que las autoridades de la Direccion General de Escuelas “se hagan cargo de su cargo”. A esta situación se le suma el caso de la escuela media 82, donde la inseguridad es moneda corriente; y la escuela 106, donde sufren inundaciones.
Las pancartas de la comunidad educativa “dicen mucho más de lo que dicen”.
Grandes y costosos carteles al costado de las rutas enumeran la cantidad de escuelas y hospitales construidos, pura campaña frente a la realidad que viven los barrios de La Matanza.
Ninguno dice en qué condiciones se encuentran hoy día:
Hospitales abandonados, abarrotados de pacientes, sin insumos y falta de personal.
Escuelas que se inundan, inseguras, se caen a pedazos, repletas de alumnos.
Mientras los carteles de la comunidad educativa no sólo plantean sus reivindicaciones.
“El cambio lo hacemos entre todos”
“Luchamos por una educación que nos enseñe a pensar y no por un sistema que nos enseñe a obedecer” “Si no eres parte del problema eres parte de la solución”
Con estas consignas, con esta realidad de lucha, se chocan los oportunistas que quieren que depositemos nuestro futuro en una urna.