A la pregunta de cómo avanzar en el proceso revolucionario y dando por sentado que la gran mayoría del pueblo, en los hechos concretos descree de las instituciones del Estado, nosotros entendemos que se hace imperioso instalar en los planos políticos, ideológicos y orgánicos las Asambleas de poder popular.
La Institucionalización de estas asambleas es parte fundamental de nuestra táctica.
A partir de una lucha de la clase obrera cordobesa en el 2014, Valeo, en ella se pudo sintetizar un largo peregrinaje de luchas autoconvocadas que supieron conquistar reivindicaciones reclamadas por años. En Valeo y en esa espalda ancha de miles de enfrentamientos anteriores la autoconvocatoria se instrumentó en Asamblea, es decir aparece en todo su esplendor una herramienta de lucha pero que además comienza a sintetizar su acción como Poder Ejecutivo y Legislativo inmediato. La Asamblea comenzó a suplir la ausencia de una autoridad política.
Con el correr de los meses la Asamblea con un contenido de Poder Popular y con la presencia de las ideas revolucionarias se extendió en todo el territorio nacional hasta llegar a nuestros días en ciertos lugares fundamentales de la producción industrial, metalúrgicos, laboratorios, alimenticios, transporte etc. en donde la Asamblea fue determinante para llevar adelante el paro del martes sobrepasando a las instituciones de la burguesía, patronal-gremio-gobierno.
Sin embargo para avanzar ese paso en la revolución, es necesario que ese proceso Asambleario que se desarrolla en este momento histórico, persevere el carácter autoconvocado y se materialice definitivamente como una herramienta de poder.
La revolución socialista que pretendemos tiene una esencia básica que es el poder popular, pero producto de la influencia de la clase dominante que intenta que veamos el poder por arriba minimiza lo que nuestra clase obrera y nuestro pueblo vienen experimentando por largos años y se subestima su capacidad de cambio hacia otro sistema social.
Por el contrario, a esa experiencia que materializa el poder en manos del pueblo, la que se está haciendo y extendiendo hay que darle el carácter revolucionario, explicar el porqué la nueva sociedad estará basada en estos principios de democracia directa, contrapuesta a la democracia burguesa que entiende la participación por el voto y delegando por cuatro años a sus representantes. La Democracia Directa que pregonamos es la que hoy se está haciendo en las Asambleas que pone en manos de la mayoría efectiva y sin delegar a nadie el peso de las decisiones.
Es fundamental entender y es tarea indelegable de los revolucionarios explicar porque esas Asambleas son las Instituciones presentes y futuras del Estado Revolucionario. Son la fuerza material, concreta y efectiva de gobierno y de poder.
En la medida que la La Institución Asamblea se vaya generalizando y centralizando políticamente su poder, La Democracia Directa no necesitará de “mejores épocas” para imponerse a la democracia de las minorías.
En este camino de pensamiento no siempre la asamblea se presenta pura, o como quisiéramos que se presente. Hay veces que es convocada por arriba, otras veces aparece manipulada, en otras circunstancias se las intenta utilizar para marcar compañeros, en fin esa es la historia de una clase dominante decadente, sin embargo en todo terreno se la tenemos que disputar y en eso hay que aplicar toda la experiencia histórica de nuestra clase y revertir la asamblea de viejo cuño y avanzar desde muy abajo en la institución asamblea en cada sección, en cada manzana de barrio, en cada aula, en cada escuela etc. ese es el terreno de la revolución, el terreno de los que lo producen todo y no tienen nada, fuerzas que en ese silencio que les impone la clase dominante va apareciendo en ese estado autoconvocado permanente y decretando de hecho la Institución Asamblea por sobre cualquier decisión de las instituciones podridas hoy vigentes.
Esta herramienta de poder popular está ya rodeada de miles y miles de organizaciones de todo tipo que de una u otra forma enfrentar el poder. Organizaciones que robustecen la lucha por cuestiones muy específicas o que imponen un estado deliberativo en el orden social y económico. Hoy todo ello suma, son parte y arte de la revolución y tendrán cada vez más peso cuanto más y más se desarrolle la Institución Asamblea como herramienta revolucionaria.