La necesidad de lavarle la cara a la crisis política, y de ocultar las condiciones cada dia más oprobiosas que se viven (y por consecuencia el repudio a las mismas por parte de los trabajadores y el pueblo) se han puesto a la orden del dia.
La necesidad de sostener el sistema mismo, con su régimen de explotación de la clase obrera y los mecanismos políticos para llevarlo a cabo, (es decir la dictadura del capital con su llamada democracia representativa, su corrupto funcionamiento electoral, el parlamentarismo, etc.), es la esencia del papel de los medios de comunicación al servicio de este régimen social basado en el empobrecimiento de millones a costa de su explotación.
En instancias tan agudas de la lucha de clases, donde el cuestionamiento y las formas de lucha de los de abajo convergen hacia formas de organización y de acción superadoras de toda esta putrefacción, y la necesidad de contrarrestar su influjo, obliga a los aparatos de propaganda del sistema a disimular y “enaltecer” el orden actual, para justificar el capitalismo con todos sus males a cuestas.
Es así como entran en juego desde los medios, el diversionismo y la demagogia en torno a cuestiones pueriles, buscando tapar con ello la realidad que se vive.
Las discusiones salariares y la derogación del impuesto al salario, por ejemplo, han pasado a ser una anécdota frente a noticias como que el perro del vecino come sopa junto a un gato, o cosas como que ahora ya casi se detuvo la inflación, o las virtudes de los payasescos personajes que se candidatean en el circo electoral etc.,
La santa alianza empresas gobierno y gremios han pactado para enfriar todo el contenido de lucha salarial, pretendiendo con ello enfriar la lucha misma. Las pomposas amenazas de paro de la semana pasada se han diluido en un mar de justificativos, que se dejan ver en las fotos electorales.
Hay demasiada preocupación en la superestructura frente al hartazgo y el repudio a todo esto. Como contrapartida de la organización asamblearia autoconvocada y la democracia directa, la santa alianza opta por defender las condiciones políticas de su dictadura, apelando a los medios para sostenerla como necesidad, frente a la lucha por aumentos de salarios que significan el desarrollo de la lucha por los intereses propios de la clase obrera.
El poder dice: las elecciones son lo principal; “el funcionamiento de este régimen que nos permite vivir en la riqueza más absoluta no puede ser cuestionado” y si lo es, lo escondemos. La lucha asamblearia y autoconvocada de los trabajadores y el pueblo, expresan que toda esta vieja maquinaria que nos ha venido oprimiendo, no nos sirve más. Sigamos luchando por aumentos del 40% como mínimo y de una, con nuestra propia organización de clase. Vamos por lo nuestro.