La lucha de la clase obrera, como venimos afirmando, se presenta en alza en los últimos meses, y a la burguesía monopolista no le causa ninguna gracia. Por el contrario, en estado de alerta sale a probar fuerzas improvisadamente, y así el lastre que va dejando hace añicos los discursos de sus voceros gobernantes que se llenan la boca con la mentira de la democracia, pero se comportan tal cual son en su esencia: tiranos, déspotas. En suma, son los mismos capitales que sostuvieron la dictadura.
Esta introducción viene a cuento de la actitud de la empresa ACINDAR y el papel del Estado y el sindicato en el último conflicto donde los trabajadores se plantaron ante el despido arbitrario de 12 de sus compañeros.
La consigna de los trabajadores fue inequívoca: “Nos tocan a uno, nos tocan a todos”. La intuición de los trabajadores de ACINDAR les estaba indicando que, detrás de esto, el objetivo de la burguesía era claro y preciso: desmantelar la rebeldía de los trabajadores.
La situación conflictiva de reclamos y descontentos viene desde hace tiempo: por condiciones laborales, impuesto al salario, y porcentajes más altos en los reclamos paritarios. Hasta no hace mucho la empresa ACINDAR venía navegando en aguas tranquilas: un gremio absolutamente patronal que se movía a su antojo, al grado que cuando hubo muertos por accidentes de trabajo terminó mirando para otro lado; hasta llegó a darse el lujo de decir en un caso que fue por negligencia del trabajador. Para poner un ejemplo, en una reparación de un horno que necesita un tiempo científico-técnico de enfriamiento, se aceleró artificialmente para no tardar tanto en la parada y poder reparar el horno, lo cual produjo una explosión que le costó la vida a 2 compañeros. Todo en función de la productividad, y con un gremio así, la empresa, feliz.
Pero esta situación cambió. Al gremio se le dificultó el control de la bronca, se pasó a los reclamos concretos con asambleas y paros, y he ahí la real razón de los despidos. Todo lo demás que se pueda afirmar es falso, con pretextos como la caída de la producción, competitividad y todos los argumentos que esgrimen los monopolios, intentando confundir y amedrentar.
El papel del Estado aparece con toda su transparencia, es decir simplemente como un instrumento, una subgerencia, de los monopolios. Decretó la conciliación obligatoria, con una salvedad (y aquí el odio produce risa): todo vuelve para atrás menos el ingreso de los trabajadores despedidos (que dicho sea de paso no recibieron el telegrama de despido pero no tienen permitido el ingreso a planta). Hasta un sindicalista llegó a afirmar cuando salió de una reunión con el Ministerio que “la empresa asentó jurisprudencia porque no tienen ingreso a planta pero cobrarán los sueldos mientras dure la conciliación” ¡!!! Toda una perlita!!!!
Pero bueno….ya se ha escrito mucho sobre la conciliación, la burguesía la acata cuando la beneficia, y cuando no la beneficia hace “jurisprudencia”, aquí el argumento es de una comedia.
Lo que se olvidan estos sátrapas, tanto empresa, gobierno y sindicatos, que esto está asentado en el paro y la movilización de los trabajadores, que todas las maniobras para dividir desde llamar a declarar por separado a los despedidos, desprestigiando compañeros intentando sembrar la duda, no puede con la firmeza de la clase obrera. Esta está sustentada en la razón y no en la explotación.
Hoy en ACINDAR la moneda está en el aire desde el reclamo puntual. Pero donde no se puede dudar es en el triunfo, de carácter político, ya de la lucha de los trabajadores de ACINDAR quienes dejaron al desnudo a los verdaderos enemigos del pueblo y reafirmaron la unidad entre los trabajadores, instituyendo a la Asamblea general como el instrumento de decisión por sobre cualquier instancia sindical que pretenda imponerse por fuera de la misma.
Las muestras de solidaridad de muchísimos sectores de todo el país ayudan a avanzar en el terreno que a la burguesía más teme, que la clase obrera se vea a sí misma como tal y se comience a unificar a nivel nacional, aunque estas expresiones aún no se muestren como orgánicas ni desplieguen todo su vuelo.
ACINDAR fue, en la Historia, un emblema de la lucha de todo nuestro pueblo. Hoy ya los trabajadores le hacen honor a aquellas grandes gestas.