Como venimos afirmando en reiteradas notas de nuestra página y demás escritos, con el machacar de cientos de luchas silenciosas y otras que no las pueden tapar, la clase obrera en nuestro país, en el último año, erosionó los objetivos y planes de la burguesía en su afán de aumentar la súper explotación y deprimir el salario, para, como ellos dicen: “achicar costos y ser más competitivos en el mercado”.
Por supuesto que vía la inflación golpearon los bolsillos de todo el pueblo argentino, pero de ninguna manera llegaron a los planes trazados, y lo que más termina preocupando a la burguesía es el ejercicio de lucha que fueron desarrollando la clase obrera y demás trabajadores, ya que profundizaron más sus crisis política y, peor aún para ellos, se generaron condiciones inmejorables para los trabajadores de cara a los futuros e inevitables enfrentamientos.
Ahora, muy equivocados estaríamos los revolucionarios si nos contentáramos solamente con los golpes dados y las batallas que dará nuestro proletariado, si no advertimos y ubicamos el escenario preciso por donde pasa la batalla del partido y demás revolucionarios en los aspectos esenciales en lo que se viene. Y es ante tales cuestiones donde debemos reflexionar y afirmarnos antes, y no solo durante, el fragor de las huelgas y movilizaciones que se avecinan, por más que en tales situaciones todo se potencia, desarrolla con mayor ímpetu, y generan nuevas y superiores expectativas y condiciones.
Es el momento donde sin desmayo debemos propagandizar las ideas revolucionarias y la necesidad y posibilidad de la revolución de manos de la clase obrera y del pueblo. Es ahora donde debemos insistir en cuanta reunión, asamblea, conferencia, y al pié de la máquina, de la importancia determinante de que la clase obrera no solo es la clase revolucionaria sino que, para ello, la primera atadura que debe romper es la dependencia de las reglas del juego de la burguesía y las concepciones pequeño-burguesas de ir detrás de la “agenda” que pone la burguesía a través de sus decisiones, leyes y la democracia burguesa.
Ya en las últimas luchas, la clase obrera se comenzó a sentir una clase desde el factor consciente, lo cual terminó generando inmejorables condiciones para la unidad en el llano, es decir, de carácter local con otras empresas y sectores de trabajadores, y darle la espalda así a aspectos de la “legalidad orgánica” que para lo único que sirve es para maniatar a los trabajadores, para empujarlos más y más al economicismo, que traducido a la política es marchar atrás del discurso de la burguesía, por más huelgas que haya, y terminar después de tanto sacrificio viendo desfilar la salida política en las campañas electorales.
Otro aspecto central donde se debe dirimir esta batalla es en las metodologías. Si bien es cierto que durante un período lo viejo y lo nuevo transitan juntos, donde lo mejor de lo viejo comienza a tener empatía con lo nuevo, el énfasis hay que ponerlo en lo nuevo que es la democracia directa que garantiza la masividad y el protagonismo de las masas, lo cual revierte de un plumazo la manipulación de las luchas pues la correlación de fuerzas se inclina hacia los trabajadores y terminan las mayorías avasallando los aparatos del populismo y asfixiando a las posiciones reformistas que intentan bastardear y desvirtuar permanentemente los objetivos de todo el poder a las masas.
El eje central en las ideas revolucionarias y la política independiente de la clase obrera, junto a las metodologías que revolucionariamente vienen adoptando las experiencias más avanzadas del movimiento de masas en el ejercicio de la democracia directa, empujará irremediablemente a la clase obrera industrial fundamentalmente a la escena política nacional, donde la lucha de clases va a colocar en blanco sobre negro el proyecto de decadencia, hambre, súper explotación y miseria de la oligarquía financiera y todos sus lacayos por un lado; y a la clase obrera y al pueblo con su proyecto revolucionario por una vida digna por el otro, donde la lucha política adquirirá otro plano en el que quedará materializada la oposición de todo un pueblo a toda la política farsante de este sistema injusto.