En la ciudad de Rosario, Pcia. de Santa Fe, la administración municipal del Partido Socialista, expresión local del más puro «progresismo», recurre a un representante del fascismo para combatir la inseguridad.
Terrible paradoja que expresa la desesperación de los progresistas de palabra y promonopolistas en sus acciones, ante el arrinconamiento político en donde el pueblo los ha puesto por la demanda de seguridad dada la ola creciente de homicidios, asaltos, narcotráfico y hostigamiento de la delincuencia en toda la ciudad y alrededores.
Como siempre, el reformismo (aquellos que nos dicen que por el camino del capitalismo llegaremos a alcanzar una vida mejor), conduce a la «solución» burguesa de las situaciones que la propia burguesía genera con su política de superexplotación, miseria, exclusión y necesaria corrupción, a fin de sostener sus ganancias. Más aún en esta fase del capitalismo en donde el poder de los monopolios se expresa en cada una de las instituciones del sistema en donde son dueños y señores sin posibilidad alguna para cualquier expresión que no sea la defensa de los intereses del capital más concentrado.
El hecho es que para «combatir la inseguridad», la municipalidad de Rosario contrató a un experto israelí para dictar un curso de profesionalización a los jóvenes agentes de la policía comunitaria que recorre los barrios rosarinos. Se trata de Elías Soae Freue, quien ¡durante 30 años! trabajó como policía en Israel y armó, en ciudades de ese país, sistemas de seguridad con el involucramiento de los estados locales.
El proyecto, implica que “los gobiernos locales, las organizaciones y los ciudadanos deben participar activamente en tratar las problemáticas relacionadas a la violencia, y que la policía debe ser el último eslabón”.
Es conocido por todo el mundo que el Estado Israelí es terrorista y un enclave imperialista y guerrerista en medio oriente, genocida de palestinos y exterminador de cuanta congregación humana esté asentada en territorios que ellos consideran de su propiedad por «derecho divino» (según argumentan para justificar su fascismo) o «peligrosa» para el sostenimiento de su Estado imperialista guerrerista.
Asimismo, todos los rosarinos, santafesinos y argentinos sabemos que los crímenes en el ejido urbano y aledaños a Rosario, así como ocurre en el resto del país, han sido cometidos por bandas compuestas por policías quienes también participan en los robos, el narcotráfico, y todo delito existente en forma directa o indirecta. Dos de los crímenes recientes más renombrados fueron los secuestros y asesinatos de Castro en la terminal de ómnibus y del chico Escobar a la salida de un boliche, ambos ejecutados por policías.
La institución judicial es la que, luego, se encarga de blanquear a la fuerza represiva e intenta entretener al público encarcelando a los últimos eslabones de la cadena delictiva que, no por casualidad, son los más pobres utilizados como carne de cañón.
En el día de ayer se conoció que la Cámara de Apelaciones en lo Penal de la Provincia de Santa Fe, redujo la condena de Daniel Delgado y Mauricio Palavecino; y absolvió a Brian Sprío, condenados por el triple crimen de Jeremías «Jere» Trasante, Adrián «Patom» Rodríguez y Claudio «Mono» Suárez, integrantes del movimiento 26 de junio, ocurrido el 1 de enero de 2012. Complementariamente el parlamento y el ejecutivo nombran a jueces, jefes policiales y miembros de los organismos de inteligencia corruptos como ellos mismos pero fieles a los intereses de los mayores delincuentes dueños de los monopolios. Toda la red estatal del poder burgués está corrompida y huele a podrido.
Por eso, el proyecto del fascista y sus seguidores reaccionarios proimperialistas del gobierno municipal y provincial (ya que en la reunión de presentación del aludido proyecto también hubo autoridades provinciales), es que los vecinos colaboren con las instituciones gubernamentales, o sea que cumplan el papel de soplones, lo cual va a poner en riesgo a la gran mayoría de los vecinos honestos ya que, si colaboran, van a soplarle la identidad y actos de delincuentes a sus mandantes uniformados de policía, de funcionarios estatales de la justicia o del gobierno, que son quienes los mandaron a delinquir siguiendo los dictados de los capitalistas que manejan esos negocios.
El Estado burgués y los «maestros» fascistas que vienen a dar cursos nunca brindarán seguridad al pueblo. Sí intentarán dar seguridad a los dueños de los monopolios y sus funcionarios corruptos.
El proyecto municipal no tiene nada que envidiarle al Estado provincial o nacional en cuanto al manejo de la seguridad a cargo de funcionarios super reaccionarios, porque el Estado en todos sus niveles no es más que eso: un Estado narcopolicial al servicio de los monopolios, aunque se vista con el ropaje del populismo kirchnerista o del reformismo «socialista» como en la provincia de Santa Fe. Ambos sectores políticos «progresistas» responden a los intereses imperialistas de las transnacionales.
Como dijo el Che Guevara: «Al imperialismo, ni un tantico así…»
La seguridad para beneficio del pueblo sólo la encontraremos en la organización de la autodefensa contra la delincuencia y las agresiones estatales en cada barrio, escuela, fábrica o empresa en donde los obreros y el pueblo se vayan haciendo cargo de la misma. Es una construcción que debemos generalizar a partir de algunos ejemplos esporádicos que ya se han dado en el país, y que tenemos que generalizar en todo el territorio como parte inseparable de las luchas por nuestras reivindicaciones en el camino de la conquista del poder.
Todas las instituciones del Estado sólo traerán más inseguridad, más crímenes y robos, trata de personas, secuestros y otros delitos que es lo que está sucediendo día a día.