Volks Wagen ha sido mencionada, en cuanta ocasión hubo, como una empresa modelo en todo sentido. El origen de la empresa, como se sabe, es alemana y por la misma razón goza del prestigio de la calificada industria de ese país que se señala como señera en seriedad, calidad industrial, distinción de sus productos, etc.
La empresa también es dueña de la marca Audi que fabrica automóviles de alta gama.
Hasta aquí, la envoltura del paquete capitalista adornado con las bondades del sistema según la visión de la burguesía de las finanzas transnacionales u oligarquía financiera internacional, más toda la claque mundial formada por periodistas, politólogos, funcionarios de todos los Estados capitalistas, intelectuales y hasta filósofos que nos hablan hasta al cansancio de la excelencia de la producción capitalista, la tecnología y…etcéteras.
Ahora miremos con ojos del pueblo, es decir con la visión de los trabajadores, con el marxismo en la mano, que es la ciencia que ve la realidad a partir de los intereses de las clases sociales y que, detrás de los envoltorios y las luces de colores, descubre los intereses de la ganancia que la burguesía trata de ocultar en todo momento.
Lo primero a tener en cuenta es que la empresa V.Wagen nació a instancias del nazi fascismo alemán. Cumplió un papel preponderante durante la segunda guerra mundial adaptando su producción a las necesidades de la guerra, tal como lo hicieron otras empresas igualmente «serias» en diversos puntos del globo terráqueo, todo con el objetivo de disputarse, en una cruel contienda interimperialista que asesinó a más de 50 millones de personas, los territorios, fuentes de mano de obra y riquezas para explotar, en la única forma que lo hace el capitalismo: depredando al ser humano y la naturaleza toda.
La naturaleza espuria del imperialismo y su capital financiero denunciada por esta visión marxista que ha sido denostada permanentemente por la burguesía y sus usinas ideológicas y políticas, hoy sale a la luz crudamente en las páginas de los propios medios de difusión burgueses con otro hecho (el primero en esta semana fue el de la mina Veladero regenteada por la Barrick Gold, ver nota publicada en esta misma página el día 18-09-2015) que desnuda claramente, una vez más, de qué se trata la falsa seriedad empresaria, el papel nefasto del capital, y la irracionalidad del sistema basado en la obtención de la ganancia a costa del trabajo ajeno y la explotación irracional de los recursos naturales, o mejor dicho, de la naturaleza.
Michael Horn, presidente de Volkswagen en Norteamérica, dijo que «la hemos cagado por completo» (traducido textualmente), al reconocer que Martin Winterkorn, el presidente del Grupo Volkswagen, pidiera perdón por haber falseado las emisiones contaminantes de sus coches.
Por supuesto que el reconocimiento de tal cosa fue más que obligado ya que fueron descubiertos, como vulgarmente se dice, con las manos en la masa, pues no hubo un arrepentimiento nacido de una conciencia humanitaria. El plan para falsear las emisiones contaminantes fue fríamente concebido con el único fin de aumentar ganancias. Y el descubrimiento que los puso en evidencia, seguramente se produjo por obra y arte de algún competidor que presionó para que el gobierno de Estados Unidos denunciara el fraude. Así se maneja el capitalismo. No hay ni ápice de preocupación por el medio ambiente ni la salud de los seres humanos.
El paralelo con lo ocurrido en la mina Veladero en nuestro país, es totalmente coincidente ya que la empresa reconoció la fuga de cianuro únicamente cuando se convirtió en vox populis, y tras cartón se intentó minimizar el problema con la conocida frase el funcionario de la mencionada empresa asegurando que se podía tomar medio vaso (¡¡medio vaso!!) de agua sin consecuencias para la salud, al tiempo que se comenzaban a repartir bidones con agua potable para consumo de la población. De las consecuencias en el territorio y los cursos de agua, vegetación y vida animal, mejor ni hablar…ni desde el gobierno, los medios de difusión y/o cuanta institución estatal o empresarial se trate.
Hoy la empresa minera se desprendió de quince de su ejecutivos. Estos serán los chivos expiatorios de terrible decisión de negocios tomada por sus accionistas, el gobierno de Cristina Kirchner y de Gioja, a caballo de la consabida cantinela de abrir «fuentes de trabajo».
Seguramente lo mismo ocurrirá con Volks Wagen y los negocios depredadores continuarán como lo hace todo el capital financiero internacional.
Queda claro que para los pueblos, la única manera de frenar tal destrucción del hombre y la naturaleza es luchar por la conquista del poder para realizar la revolución socialista.
Mientras continúe el reinado de la oligarquía financiera a través de los gobiernos de turno complacientes con este sistema inhumano, tal como se aprecia por los candidatos a regentear el Estado nacional que se presentan en las elecciones de octubre venidero, estaremos expuestos no sólo a la depreciación creciente de nuestros salarios sino, también, a la inmoralidad de la mentira, el engaño y la falsificación destructoras de nuestra calidad de vida y el medio ambiente.