CONSTRUIR UNA ESCUELA COMO TRABAJADORES, PARA NUESTRA CLASE
El pueblo misionero está luchando contra la política de los monopolios y el gobierno a su servicio. Los trabajadores de la educación asumieron un rol protagónico en la pelea. Han quebrado la idea de pensar para adentro, metidos en las limitaciones de su situación particular. Comenzaron a pensarse y a actuar como parte de la clase trabajadora, que incluye a otros sectores.
El primer paso fue el reclamo salarial y de condiciones de trabajo, y eso los llevó a encontrarse con los padres de los estudiantes, que también son trabajadores y tenían sus propias demandas. La defensa de la escuela pública se volvió un problema de los tareferos, los campesinos, los desocupados, los empleados, los camioneros, que se sumaron a los docentes. Y los maestros encontraron otras realidades para involucrarse y causas para luchar.
Luego de años de acercamientos y trabajo conjunto, de tareas grises y sin difusión, hoy consiguieron una experiencia de unidad en la acción. El resultado es un aprendizaje social que maduró en la conciencia del pueblo de Misiones. Es necesario discutir qué sociedad queremos y a partir de allí qué escuela necesitamos.
Trabajadores organizados para pensar y construir otra escuela
En Montecarlo, a doscientos kilómetros de Posadas, tuvo lugar este 16 y 17 de octubre el II Congreso Pedagógico, organizado por el Movimiento Pedagógico de Liberación. Esta organización supera el carácter sindical originario y asume un claro matiz político. Los debates contemplaron los puntos de vista y las necesidades de todos los actores de la educación. Comprendimos que estos problemas son de tanta importancia que los maestros necesitan el apoyo y la participación de todo el pueblo para enfrentarlos.
La propuesta fue avanzar en la construcción de un proyecto de ley de educación para la provincia de Misiones. Sin embargo, los temas fueron mucho más amplios y profundos, porque los objetivos van más allá de intervenir en el terreno formal de la norma. Las discusiones miraron la realidad económica, social y política de la provincia y el país. Del análisis de los problemas comenzó a nacer una propuesta de soluciones. Queremos cambiar la realidad y la escuela puede y debe hacer su aporte en el proceso. Generar saberes, prácticas y formas de organización que permitan entender con profundidad el presente y hacer realidad un futuro que empieza a ser presente.
El debate democrático, la experiencia de lucha, la voluntad de cambiar la situación que vivimos, fueron los ejes del encuentro. La tarea parece difícil y el camino parece largo, pero la fértil tierra colorada está haciendo germinar una nueva educación para una nueva sociedad, con la dignidad del ser humano como razón de ser.
La voz de los protagonistas
Antes de finalizar el encuentro, algunos docentes reflejaron su balance de la experiencia. ¿Qué se llevaron del congreso, desde lo grupal, lo político y desde lo personal, lo afectivo?
“Para nosotros el congreso no fueron estos dos días, comenzó hace varias semanas. Fuimos muy responsables en la organización y muchas cosas pasaron por nuestras manos. Por eso fue muy emocionante. Teníamos muchas expectativas en los compañeros y en las discusiones, y algunas no se cumplieron, pero el resultado es positivo.”
“Comparando con el congreso anterior, el nivel de discusión que hubo en este fue muy interesante. Se empezaron a plantear cosas que nos hacen abrir los ojos, que hay un cambio. Que hay una posibilidad de soñar de otra forma. No todo es la norma, sino que hay caminos alternativos que podemos empezar a transitar. Se comprende bien que la escuela no es una isla. Que lo que hacemos es efectivo y estamos haciendo un montón de cosas que nunca creímos. Hay cuestiones para ir puliendo en lo organizativo, pero esto para la docencia misionera fue un paso agigantado con respecto a los nuevos desafíos que abre.”
“En cuanto a la idea de educación, no hace falta un congreso para darnos cuenta que estamos en crisis y cuando los docentes nos reunimos, lo primero que nos sale es hacer catarsis. Pero a pesar de esto, la situación nos lleva a resolver si vamos a hacer un cambio, y qué clase de cambio y cuál va a ser nuestro rol en el proceso. Estamos viendo eso para no quedarnos solo en los papeles.”
“Yo tengo muy poco en el movimiento y fui nutriéndome de este grupo de cosas que en todos los años que tengo no lo había hecho jamás. Nunca miré mi labor docente, hacía estructuradamente todo lo que me decían y hoy me planteo esa situación. Para mi fue enriquecedora y emocionante la experiencia. Uno vive en su mundo, que es su escuela, su casa, su familia y no sabe lo que le pasa al otro. En el congreso pude ver todas las realidades: el docente que está en las comunidades guaraníes, lo que está haciendo falta para los tareferos. Nos falta salir de donde estamos. Para mi fue muy movilizador y quiero más y quiero aportar y quiero aprender más.”
“Yo me voy con una inmensa alegría. Teníamos un debate que hoy se saldó, porque había algunos docentes que sólo querían un sindicato, no un movimiento. La unidad con los campesinos, los tareferos es irreversible. Estamos avanzando con ellos y no hay forma de volver para atrás.”
Las “Huellas del futuro” en manos de los que hacen huella
En el marco del encuentro, presentamos el libro “Las Huellas del Futuro”. Es un aporte que hacemos como trabajadores para colaborar con su proceso. Podemos comprender con mayor claridad la trama del poder del capitalismo en la actualidad: la concentración económica y la forma política autoritaria que nos somete como clase. La síntesis de las experiencias de lucha de nuestro pueblo ayuda a empujar cada proceso particular. Podemos construir un proyecto de sociedad y de estado que sea verdaderamente democrático y ponga todos los recursos del país al servicio del pueblo. Vamos desarrollando el poder popular que necesitamos para el proceso de liberación. Es la revolución que está en marcha y en Misiones va dando pasos de la mano de los docentes y los trabajadores en general.