A pocos días del cambio de gobierno la primera sensación es que parecería que es una administración presente de varios meses.
La razón muy simple, las medidas y las “no” medidas tomadas, de una u otra manera, eran esperadas y el desgaste político es mayor a lo previsto.
Ayer lo que se devaluó fue el salario y acompañó el proceso de degradación del mismo de los últimos años. Los economistas burgueses lo llaman “ajuste ortodoxo” los revolucionarios lo llamamos apriete.
Estas políticas tienen que ir acompañadas de amenazas y hechos concretos para advertir al proletariado y al pueblo que luego del “desorden” impuesto por la misma burguesía viene el “orden burgués”, cuando la zanahoria no funciona viene el palo.
Ayer 189 obreros de Dalmine Siderca fueron echados de la fábrica en la localidad de Campana. Único justificativo: mayor productividad con menos trabajadores. Superexplotación. Como respuesta, una movilización masiva autoconvocada por las calles de la ciudad.
En pocos días el desgaste político frente al pueblo ha sido abrupto, que hayan tomado estas temerarias medidas no significa que exista un aval de masas para ejecutarlas.
Allí está la clave del devenir inmediato. Pocos son los que firmaron un cheque en blanco a este gobierno, parecería que no tomaron en cuenta que el castigo fue para la anterior administración y una de las razones fundamentales para hacerlo fue el antiautoritarismo, contra la centralización política, contra el personalismo, la arrogancia, la mayoría fue por derechos políticos. La mayoría no votó a favor de, sino en contra de.
Estas medidas solo pueden entrar a las “trompadas”, recortando aún más los derechos políticos, pero en el pueblo hay pocas pulgas, no hay paciencia y sí mucho cansancio.
Para avalar la devaluación abrupta del salario hay que tener con qué. Para ello el tiempo juega en contra del poder. Intentarán aprovechar 60 días más para quebrar la voluntad de lucha del pueblo pero las clases no se mueven contra reloj.
Las primeras reacciones no se harán esperar, será un «toma y daca» ascendente del enfrentamiento, se ganará y se perderá en una y mil batallas, pero lo sustancial del proceso abierto es que el proletariado no es el del 2001, el cual participó en la masiva autoconvocatoria pero no como clase.
Hoy en cambio la clase obrera enfrentará estas políticas reaccionarias con un nivel superior de lucha y organización y, ya fogueado en mil batallas, profundizará sus metodologías para sus conquistas políticas.
Ellos han pegado, pero más allá de las reacciones que vendrán, los revolucionarios entendemos que hoy por hoy es golpe por golpe y es en ese movimiento establecido que inmediatamente hay que ponerse a trabajar para elevar la respuesta a una contienda nacional de clases.
En el corto plazo hay que preparar las fuerzas en cada fábrica, en cada barrio, en cada zona región o provincia para multiplicar, masificar y centralizar el golpe. En la lucha de cada día, en la barricada hay que levantar la mirada y unir en un solo puño todo lo que se pueda unir por los derechos políticos.
En este breve período, en el golpe por golpe, hay que crearles miles de frentes abiertos de movilizaciones por reclamos de todo tipo, crearles una hoguera, un infierno, y simultáneamente ir fortaleciendo las metodologías revolucionarias que fundamentalmente pasan por el enfrentamiento masivo regido por la democracia directa. Es decir el pleno ejercicio democrático del pueblo sin intervención del Estado y de las instituciones corrompidas hasta el hartazgo.
Gobierno-empresas- sindicatos empresariales deben estar en la mira, no hay lucha pequeña o grande, hay lucha y esa lucha contra esta burocracia estatal burguesa repodrida por donde se la observe se la golpea con la masividad.
En una semana de gobierno ellos hicieron lo que tenían que hacer, sus negocios así lo exigen pero la pregunta es ¿podrán sostenerlo?… Decididamente ¡no!, están “flacos de caballada” y el pueblo está para adelante.
La clase obrera industrial está amasando y por ahora en un estado de deliberación política los caminos a seguir, pero simultáneamente «el toma y daca» se está dando en cada sección, en cada establecimiento y esto promete que se irá hilvanando por parque industrial, barrios, escuelas, universidades, se irán plegando de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo fuerzas creadas en años de lucha por infinidad de reclamos.
Este proletariado industrial comienza a pesar y la aceleración de respuestas políticas no se hará esperar. La burguesía monopolista actúa como puede, así son los negocios de anárquicos, así es la resultante de su debilidad política, el proletariado y el pueblo seguiremos golpeando cada vez con más contundencia elevando el nivel clasista del mismo.
Frente a la temeraria devaluación del salario proponemos:
1) Unificar las batallas en cada lugar por un 50% de aumento salarial.
2) Rechazo a cualquier medida que signifique mayor productividad para achatar el salario.
3) Intensificar las movilizaciones contra los aumentos de los productos y servicios básicos.
4) En ese caminar ir profundizando el enfrentamiento con más metodologías democráticas en lo organizativo y en la centralización de una preparación nacional que golpee esta embestida.
5) Bajo estas premisas ir unificando desde abajo todos los reclamos y de todo tipo generados en años de lucha. Es un mismo torrente, muy grande y masivo.
6) Seguir fortaleciendo las nuevas instituciones que el pueblo está creando independientemente del Estado de la burguesía monopolista.