Macristas – antimacristas.
Kirchneristas – antikirchneristas.
«Derechas” – “Izquierdas” – “Centros” .
Toda una bandeja de pro y contras sobre la mesa de los explotados y oprimidos.
Las líneas divisorias que impone la clase dominante con sus políticas e ideología, tienen un interés de clase muy marcado: por un lado, la defensa del Estado, por el otro garantizar desde allí sus ganancias.
Sin embargo, desde el Estado a su servicio, hace todo lo posible por aparecer desclasado ante las mayorías; la burguesía monopolista y sus expresiones políticas mencionadas se ponen por sobre las clases sociales y nos dicen representarnos a todos.
Los revolucionarios en cambio, no caemos en las visiones que nos impone el poder, explotados y oprimidos tenemos infinitos hilos de comunidad de intereses por los cuales luchar, movilizarnos y conquistar, más allá de divisiones, repetimos y con mayúsculas, desclasadas.
A modo de simple ejemplo de lo que está pasando y se va a reproducir:
La lucha emprendida dentro de una fábrica por un bono de fin de año trasciende lo que pueda pactar Gobierno-sindicato-empresa; ellos tienen una táctica en común y las mayorías explotadas tenemos otra. Ellos van por el apriete al bolsillo, la baja del salario y la mayoría que produce, que trabaja, que genera la riqueza va por la lucha.
Aquí no hay derecha-izquierda, Macri o Kirshner, aquí hay interés de clase obrera por sobre los intereses de la burguesía.
Sin embargo ya no es suficiente ir por el bono, sino ¿Cómo vamos por ese bono? Y es allí en donde las cosas se ponen en su lugar, se acaba toda palabrería “democráticista”.
En el cómo está la metodología y a la vez se hace conciencia política revolucionaria de la necesidad de ir fortaleciendo esos cómo en vistas de crear las verdaderas instituciones del pueblo verdaderamente democráticas en vistas de que sean y se fogueen en la lucha por conquistar el poder y construir otro Estado revolucionario en manos de la clase obrera y de todo el pueblo.
La politización alcanzada en estos meses por nuestro pueblo tiene que servir para dar una verdadera lucha contra toda división que quiera imponer el poder de los monopolios, específicamente intentarán recrear el bi-partidismo y ningunear el verdadero reclamo de la gran mayoría, diluir la salida política revolucionaria e intentar poner a todo el pueblo bajo las dos alternativas burguesas que pujan por sus intereses.
En este lado de la barricada y siguiendo con el ejemplo, iremos por el bono y para ello, la asamblea soberana será nuestra fundamental institución, adquiera la forma que adquiera pero que no tenga ningún punto de contacto con la “asamblea” que quiere imponer la triología Empresa-Estado- Sindicato empresarial.
La asamblea tiene que venir de abajo, se genera en cada sección y se transforma en poder movilizado, debe ser masiva y robusta. Es en ese caminar cotidiano en donde aparece lo revolucionario, es allí en esa movilización, en ese debate político de todos los días en donde los revolucionarios debemos insertar el porqué de una revolución que construya un nuevo Estado y a la vez y desde la lucha y organización que se va estableciendo explicar porque éstas embestidas y estas metodologías serán parte del nuevo poder popular.
Son dos caminos bien emparentados, caminos que desde allí rompen y deben romper con toda falsa división en el seno de la lucha. Lo revolucionario es ir por lo nuestro, por la dignidad de cada uno de nosotros y por sobre todas las cosas las metodologías y las organizaciones que vayamos robusteciendo en cada enfrentamiento.
Crear las fuerzas independientes es simplemente eso, no ir detrás de las propuestas de la clase dominante, que dirimen sus peleas usándonos, sea con el voto sea con falsas salidas de corrupción estatal.
Este camino está ya emprendido pero falta aún una estocada para avanzar un escalón en las contiendas ya abiertas, ese peldaño es la unidad más amplia en el sentido anteriormente planteado. Gobierno y oposición intentarán seguir usando y abusando del pueblo, pero en la medida que se masifiquen las luchas independientes, verdaderamente democráticas en su esencia de poder popular, la burguesía toda seguirá deambulando en sus crisis políticas, tendrán cada vez menos capacidad institucional para que desde su Estado manipulen a su gusto los negocios y enjuagues de su clase.
Los revolucionarios deberemos levantar la mirada, por abajo desactivar toda falsa división popular y marchar en un solo torrente de conquistas económicas y políticas.
U optamos por Macri-Kirshner o vamos por un camino independiente de estos sectores de clase dominante. Este último camino revolucionario es complejo de caminar, pero es la única garantía de alcanzar la dignidad que toda sociedad humana necesita para alcanzar la felicidad.