En el transcurso de las últimas décadas y en consonancia con la crisis mundial capitalista se acuño un término periodístico para caracterizar las habilidades de la oligarquía financiera y sus personeros en como atravesar las crisis capitalistas achatando el salario para obtener grandes ganancias.
Si el término “gurú de la economía” significo en décadas atrás un autobombo de las habilidades del poder por sacar ventajas de la crisis capitalista mundial a expensas de más explotación, miseria y hambre. Hoy y como consecuencia de aquellos conjuros y encuadrado en un agudizamiento de sus contradicciones en un escenario mundial dominado enteramente por la crisis política y económica, inmerso a mas no poder en la guerra intermonopolista, sumamente especulativo, recesivo y marcadamente inestable y con el creciente enfrentamiento de los trabajadores y los pueblos a todas sus políticas y al conjunto de las condiciones materiales a las que se ha llegado, impotentes para esconder este presente aquel concepto periodístico ha quedado en el olvido.
Sin embargo faltaríamos a la verdad si desconociéramos que en aquella escuela de superexplotacion de miles de millones de trabajadores donde abrevan las expresiones de los más concentrado de la oligarquía financiera mundial se han formado los actuales gobernantes. Que no detentan ya el mote de gurúes como antaño pero, que apelan a sus misteriosos conjuros para hacer sus pases mágicos y justificar la razón de ser de sus maestros: la ganancia
Dicho esto no se puede más que concluir que los anuncios del ministro de economía Prat Gay sobre la venidera inflación para los próximos tres años en el estado de incierto de la economía mundial es una quimera.
Si en las épocas feudales los alquimistas intentaron transformar los metales en oro y fracasaron y aunque inicialmente con sus experimentos evidenciaron las particularidades propias de cada sustancia dando lugar a la química y el inicio del estudio la estructura atómica de la materia, si con sus conocimientos rudimentarios contribuyeron al desarrollo posterior de las ciencias y el conocimiento de la materia, los gurúes actuales devenidos en economistas hacen exactamente lo contrario.
No solo buscan desarrollar una economía rudimentaria para la clase obrera y el pueblo sino que por medio de ella obtener “el oro”. No solo es la incitación de sus fundamentos vulgares y prosaicos los que intentan desde sus anuncios mediáticos para que se arrimen conclusiones falaces, sino que al igual que los alquimistas pretenden que las condiciones materiales y objetivas se adecuen a sus premisas, a sus intereses de clase.
El equipo económico de gurúes con Prat Gay a la cabeza anuncio que para fines del 2016 la inflación será entre el 20 o 25%. Para el 2017 entre 17 y 12%, para el 2018 en la franja entre el 8 y 12% para el 2019 menos del 6%.
De estas metas a futuro, que son totalmente inciertas y utópicas, pues el mundo capitalista es uno solo y cada día que pasa más colapsado esta, salta al presente para que teniéndolas en cuenta como cosa seria pero, claramente incomprobables, no solo se delimite la lucha por aumentos salariales a un 20-25%, sino que pretende aleccionar a los trabajadores con nuevas conclusiones quiméricas.
«Lo que estamos haciendo hasta ahora tiene un resultado visible”. Dice Prat Gay. “Quizás no es la sensación que tiene uno cuando va al almacén, pero vemos que el salto de la inflación por la salida del cepo ya lo hemos superado y estamos aterrizando en la primera quincena de enero hacia niveles similares a los de septiembre y octubre últimos”.
Primera conclusión la inflación es saltarina por lo tanto incontrolable. Segunda que lo que ocurre en el almacén es una sensación. Ya no es la solamente la sensación de inseguridad, ahora se le agrega la sensación de inflación que se siente en el salario cuando uno va de compras. Tercero si lo que están haciendo “tiene un resultado visible”, se contradice con la idea de sensación que intenta expresar. También podríamos decir que es una sensación que la inflación salta de adelante para atrás, cosa que solo los gurúes de la oligarquía pueden ver, pues para el 90% de nuestro pueblo la situación es inversa. Podríamos concluir entonces que sobre la base de la “sensación” estos caballeros del conjuro intentan justificar el descenso del salario. Y mal que les pese esto es muy visible para todo el mundo.
Ya el gobierno K ensayó innumerables falacias sobre esta cuestión, pero estos no se quedan atrás, abonando el terreno con argumentos que nuestra clase obrera y nuestro pueblo no se traga mas. Ya están buscando por medio de popes sindicales adictos, por ejemplo UTA, focalizar los aumentos en torno al 28/30%. Cuando aun no se han destapado todos los tarifazos que intentan aplicar y los aumentos por venir. Ninguno de estos será una sensación sino un descomunal ajuste a nuestro pueblo.
Ganar a costa de la explotación y la productividad de la clase obrera y con el descenso del salario es claramente su política. Es la política de la oligarquía financiera y el gobierno a su servicio, que continuara sino avanzamos a la revolución social. Confrontar desde todo el torrente de luchas obreras y populares que estallan en todo el país. Unificándonos en torno al 50% de aumentos como un solo puño. Desde cada fabrica, cada parque industrial, cada barrio y tejer la unidad de acción masiva contra este declarado enemigo de todo desarrollo digno y humano.