Desde hace ya unas semanas, ha empezado a circular por las redes una convocatoria, para solidarizarse con Milagro Sala, “ejemplo de una luchadora social que ha organizado un ejército de luchadores que ponen en jaque a las estructuras del gobierno cuando se oponen a los interese populares y hoy injustamente detenida”.
Tal vez sea importante analizar este fenómeno social y ver en realidad qué intereses se tocan, porque son muchas las movilizaciones sociales y no expresan todas los mismos intereses. Y sí, como lo mencionamos en una nota anterior (ver esta misma página el 18-01-2016), como trasfondo, está presente la lucha por la caja, la cual no es chica.
Pero es importante no confundirse en la defensa de quienes aparecen como líderes de los movimientos de masas sin analizar de dónde tienen su poder, quién se los confiere y cómo lo ejercen.
El liderazgo es una función social que surge cuando los intereses de un sector se ven afectados. Esas masas movilizadas tienen que resolver problemas, se organizan en equipo, «cien cabezas piensan mejor que una», se distribuyen las funciones dentro de las cuales el liderazgo es una más que se va ganando al calor de la acción.
Las estructuras del sistema nos proponen permanentemente falsas alternativas y siempre aparecen figuras que funcionan como «representativas» del sector social que compiten por el poder del otro.
El gobierno anterior usaba a la Tupac como fuerza de choque y el gobierno actual la quiere desactivar. ¿Y los jujeños? ¿Tienen que elegir estar a favor o en contra? Consideramos que la única forma de superar las divisiones es la participación solidaria del pueblo en asambleas de autoconvocados, en plena movilización, la única que puede ejercer el poder y delegar funciones, ésa es la verdadera democracia, la democracia directa.
Nos dice la leyenda acerca de un viejo jeque árabe que luego de buscar enfrentamientos con otro jeque en el ejercicio del poder, después de profundas meditaciones le dijo a su gente “Si queremos cambiar de verdad, no se trata de cortarle la cabeza al Jeque Amo, sino de córtasela y cortármela a mí, en ese mismo momento”.
No se trata de líderes o amos “buenos o malos”, se trata de compartir los objetivos. El paternalismo, el personalismo y el verticalismo en el que se asientan esos personajes, nos hace “elegir” por la propaganda, la desinformación, o la información parcializada por la necesidad que tiene el sistema de manipularnos, ya que el sistema reproduce el sistema. En cambio la horizontalidad, la autoconvocatoria, la participación, la democracia directa ejercida por las masas movilizadas tiene por objetivo mejorar las condiciones de vida del hombre mismo, su libertad y su desarrollo y reproducción como hombre.
Como se dice corrientemente: «no se trata de cambiar de collar, sino dejar de ser perros».
En síntesis no se trata de estar a favor o en contra de Milagro Sala, sino de ejercer el derecho a reclamar, protestar, a luchar y a ejercer nuestro derecho, hoy negado, de mayorías que todo lo producimos a ser libres, sin ser reprimidos. Decimos NO a la judicialización de la protesta social. NO a la ley terrorista.