En un párrafo del volante nacional editado por nuestro partido en el día de ayer decíamos:… Como trabajadores y como pueblo estamos en condiciones de plantarnos frente a todos estos planes burgueses. En contra del chantaje y del disciplinamiento que intentan imponernos; en contra de los tarifazos y los aumentos; por mejores condiciones de trabajo y de vida; y por aumentos de salarios YA…
La clase dominante está exigida de hacer lo que hace, sus tiempos de “negocios” así lo determinan. Ni son políticas de shock ni son políticas gradualistas, en todo caso son políticas sometidas a la lucha de clases.
Para la clase obrera y el pueblo, en cambio, son tiempos del Hombre, son tiempos urgidos por seguir conquistando, frenar intentos de avasallamiento contra nuestros intereses y por sobre todas las cosas tiempos de seguir construyendo una salida política revolucionaria que lleve a buen puerto el torrente de luchas abiertas.
La degradación política de la burguesía manifestó su cara más patética en el comportamiento del Congreso de la Nación cuando con el concurso de la oposición se aprobó la negociación con los fondos usurarios, mal llamados Buitres. Son capital financiero a secas y de ninguna manera se diferencian de otros capitales usurarios a los cuales se les pagó religiosamente. Entre ellos el Club de París.
No menos degradante fue la presencia en los medios de los “empresarios sindicales” de la CGT cuando anuncian el proceso de unidad y “amenazan” con tomar medidas contra el ajuste.
Había que verles la cara y oír de sus atragantadas gargantas, mostrándose ante las empresas periodísticas obsecuentes con la política de la oligarquía financiera. Anunciaron un acto para el 29 de abril pero “aún” no tenían muy claro de cómo hacerlo. Lógicamente que arrinconados por el malestar de abajo, convocarían para reclamar por Ganancias y despidos, dos ejes muy sentidos en los momentos actuales, pero nada se dijo de los aumentos salariales…“se les pasó por alto”.
Nuestro Partido entiende que en el plano político hay que partir de la idea de que la crisis la pague la clase dominante. Ellos intentarán como lo están haciendo que la paguemos la gran mayoría del pueblo.
Bajo ésta idea entendemos que se abren tareas urgentes para todo el movimiento.
Como decíamos antes la burguesía monopolista con su gobierno está obligada a tomar iniciativas y ello no puede sorprendernos. Pero ahora esas iniciativas van directo al corazón de la lucha de clases. Es en ese terreno cotidiano que las políticas revolucionarias tienen que embarrarles la cancha, es el punto débil de una burguesía en crisis política y es el punto fuerte de nuestro pueblo que en forma embrionaria aún está construyendo una alternativa al degradante Estado de los monopolios.
Ahora las iniciativas las debemos tomar en concreto y hacerles la vida imposible allí donde se pueda. ¿A que nos referimos en concreto?
A modo de ejemplo: frente al aumento tarifario en cada barrio organizar una movida, convocar a asambleas proponer en ellas inmediatas medidas de acción. Unificar protestas con otros barrios, organizar los pasos para dar continuidad en el tiempo, fortalecer la lucha contra todo el avasallamiento del poder burgués. Contra el aumento decretado en el transporte los mismos vecinos en asamblea y con quienes estén, tomar acciones directas que vayan contagiando a quienes aún están sufriendo el shock de una crisis que como siempre pasa, puede paralizar y con razón.
El mismo planteo con los despidos, seguir robusteciendo los frentes ya abiertos de lucha, teniendo en claro que el intento de fondo pasa por disciplinar a la clase obrera.
El chantaje para bajar el salario afecta y pesa para la lucha, pero no es determinante, el estado de ánimo expresado en mil batallas indica que ese manipuleo es de patas cortas.
No se trata de resistir las medidas, se trata de enfrentarlas con las metodologías que se vienen desplegando de años de experiencia. Acciones, asambleas, más acciones, más organización desde abajo y autoconvocadas. Mil batallas, abrirles heridas en todas partes, y extender la unidad del pueblo por todas partes.
Movilizar las fuerzas con consignas bien sentidas en épocas de agudización de crisis como la actual, muchas de las cuales expresamos ayer en el mismo volante nacional ya mencionado.
Desde la clase obrera industrial mantener en firme iniciativas que vayan erosionando ese burdo chantaje. El aumento de salarios con o sin paritarias sigue siendo el eje central del reclamo, repetimos, en ellos el tema de eliminación de ganancias y contra los despidos son y deben ser parte de la movida.
“El día 29” empieza desde ahora y debe ser movilización en la calle, lucha y expresión de toda una protesta que rápidamente se debe extender para frenar el atropello.
Que la crisis la paguen ellos, será un camino de lucha y movilización capaz de organizar todas esa fuerzas por un camino revolucionario.