Mientras Macri busca un poco de atención mediática en los confines de las insulsas cumbres mundiales (cada día más alejadas de las necesidades reales de los pueblos), buscando hacer podio con los representantes políticos de la oligarquía financiera mundial y mordisquear algún gran nuevo negocio, la señora vicepresidenta no deja de ofrecer argumentos en defensa del carácter de clase que tiene el Estado de los monopolios en nuestro país.
En referencia a los tarifazos, dijo: “Estas medidas, son para cuidar el Estado”. ¿De qué habría que cuidar al Estado de la bancarrota y el vaciamiento, de la corrupción y de la prostitución política? La concepción del Estado como un instrumento impersonal y al margen de la lucha de clases (aparentemente por encima de la sociedad y de las clases), aparece en las palabras de esta señora como el sujeto de la salvación. Y ellos, el gobierno, los especialistas en la cura medicinal, como actores ajenos a las clases.
El Estado es el instrumento de la clase dominante, por ende el instrumento de la burguesía monopolista. Pero además también de todas las otras cualidades que expresa, es el reflejo de la clase dominante, es la conducta de la clase dominante materializada en política.
Si el capital está en descomposición y atravesado por agudas contradicciones, el Estado es el reflejo de ello y lo vemos a diario. Por consecuencia, si como dice la señora, al Estado hay que cuidarlo, lo que está diciendo es: ayúdennos a salvar nuestro aparato de dominación y sometimiento a clase obrera y el pueblo, apelando a mas explotación, ajuste y tarifazo. Por ello, la señora Michetti dice que es hora que el Estado “se haga cargo de lo que se tiene que hacer cargo”. Como queriéndonos decir que antes no fue así. Como pretendiendo expresar que ahora sí vamos a salvar al Estado de su propia bancarrota política y su podredumbre.
Después de pretender limar el camino para justificar el ajuste y los tarifazos, en estas declaraciones afirma “que aquellas cosas que no correspondan al Estado las tiene que pagar el ciudadano”. El ciudadano paga todo lo concerniente al Estado, señora vicepresidenta, sea en forma de subsidios o de impuestos o por medio de abultados precios, o tarifas exorbitantes. Millones de ciudadanos pagan desde su bolsillo todo lo que el Estado recauda, usted lo sabe.
Esa masas de dinero que se recauda,n van a las arcas de la oligarquía financiera, a los monopolios, son para salvar y cuidar el Estado como usted dijo, al Estado burgués, al Estado parásito y en descomposición. Este Estado, su Estado, que es fiel reflejo del sistema social que destruye la vida y al ser humano, y que recauda los millones que enriquecen a unos pocos magnates y hacen miserable la vida de miles y miles de personas. Esa recaudación -que se ha destinado a engrosar las masas de capital bancario e industrial- provienen del la explotación de la clase obrera, el Estado de clase que es el capitalismo monopolista de Estado en Argentina.
Estas declaraciones, que hacen recordar a los decretos draconianos estilo “al Cesar lo que es del Cesar”, o esas como “lo tuyo es mío y lo mío es mío”, reflejan al mismo tiempo que la desesperación de la burguesía por profundizar el ajuste, no hacen más que echar un barril de nafta en la situación de bronca que ya anida en nuestro pueblo.
No hay justificación posible, ni siquiera aquella que afirma “cuidar al Estado” burgués. Esta consigna es insostenible, porque aún a expensas de sostener el Estado capitalista, implica la justificación del ajuste y la chatura salarial.
Es imposible sostener este estado de cosas. Debemos salir a las calles, multiplicar las movilizaciones, robustecer la unidad por abajo, confrontar este escenario de despotismo capitalista con acciones asamblearias, con decisión independiente en barrios y empresas. Hay que hacerlos retroceder.