El intento de los monopolios por disciplinar a la clase obrera, no sólo se da en el marco de la extorsión de los despidos y suspensiones sino también en el aspecto ideológico, donde además cumplen su rol desmovilizador los sectores «progresistas» que hablan de «resistencia», «aguante», como si la clase obrera ahora tuviera que bajar sus banderas, replegarse y contentarse con mantener los puestos de trabajo, hasta que «en cuatro años saquemos a la derecha del poder«.
Esto es totalmente reaccionario ya que es un intento de esconder y minimizar las mejores experiencias que nuestra clase trabajadora vino realizando en años de aprendizaje y acumulación, en la organización para la lucha por las conquistas.
Experiencias que lejos están de ser defensivas y que son las que marcan el camino para hacer avanzar a todo el conjunto de los trabajadores. Ejemplos de esto no faltan y uno de esos es la lucha de los compañeros de Unilever de Pilar.
Dicha planta, radicada en el Parque Industrial de esa localidad, viene librando una pelea de hace tiempo por reconquistar un derecho histórico de los trabajadores, esto es, el descanso después de las 13 hs. del sábado hasta el lunes.
Su lucha lleva años, ha tenido avances y retrocesos, pero la convicción de la justeza del reclamo y la masividad del mismo, los llevó en su momento, a conquistar el no ingreso los sábados a la tarde y hoy los encuentra dando un paso más en la pelea.
Desde ayer los trabajadores de Unilever están llevando adelante una medida de fuerza, parando 2 horas por turno con la consigna «Los domingos a la noche en casa».
Además de este reclamo, también exigen a la empresa otros tres puntos: una suma de adelanto de paritarias (2 cuotas de $5.000), que la empresa absorba el impuesto a las ganancias y un chárter para los compañeros que viven en la zona oeste.
Claramente, aquí la clase obrera está de punta y muy lejos de pasarse a cuarteles de invierno.
Los reclamos nos muestran una actitud ofensiva y una disposición a la lucha que echa por tierra el argumento de que «el horno no está para bollos» y que hay que cuidar el trabajo (!).
Nacionalmente, Unilever es un faro. Pero también localmente, pues ahí, bien cerquita, están los compañeros de Procter & Gamble que vienen siguiendo de cerca esta lucha, de la cual han aprendido y les ha servido para organizarse, pues sus reivindicaciones son casi las mismas.
Y en ese acercamiento es donde hay que construir la unidad localmente para desarrollar nuestro poder, el poder de los trabajadores del Parque Industrial.
¡¡Por la victoria de los trabajadores de Unilever!!