Como en la bizarra serie Superagente 86, un “cono de silencio” a caído sobre anunciado “acto” para el 29 de abril por parte de de las autodenominadas centrales obreras.
Debajo del “cono”, gerentes sindicales, gobierno y oposición, junto a sus jefes -los dueños del poder- debaten cómo desmantelar, o al menos atenuar, el “error político” de la convocatoria, en el actual marco del enfrentamiento clasista. Porque las ya movilizadas y en lucha, masas obreras y asalariadas, están dispuestas a ocupar el centro de la protesta, cambiando la correlación de fuerzas en el enfrentamiento político.
Fuera del “cono”, la totalidad de los medios de comunicación de la burguesía, sistemáticamente, bombardean con los despidos, intentando a través de la extorsión y el chantaje, instalar el “miedo”… Como si el despido no hubiese existido nunca como parte de la política de explotación del capitalismo.
Solo a modo de ejemplo: la minera Vale, en el 2014, dejó en un solo día 9.000 trabajadores en la calle, o los “eternos despedidos”, miles de trabajadores de la industria que con “contratos basura” de 3 o 6 meses, se ven obligados a migrar a otros lugares de trabajo convirtiéndolos en “modernos trabajadores golondrinas”.
Ley de “doble indemnización”, ley del “primer empleo” son las desesperadas iniciativas de la política burguesa para intentar contener el creciente estado de movilización y protesta, que los hace temblar y no les permite acomodarse.
Por debajo, la vida real. Rebelión nacional de los trabajadores metalúrgicos del país demandando el 47% de aumento salarial y la cabeza de Calo. Decenas de miles de trabajadores estatales y municipales, docentes, de la salud, etc., en todo el país, en lucha por sus ya miserables salarios. Tierra del Fuego y Santa Cruz en plena crisis social por la lucha de los trabajadores. Los aceiteros conquistando el 45% y un salario para la categoría más baja de 20.000$. Bancarios a punta de paros y masivas movilizaciones, le arrancaron a la oligarquía financiera el 33%, $18 mil de bono extra y la reincorporación de todos los despedidos.
Así los trabajadores empiezan a comprobar que se los puede hacer retroceder y ponen en orden las cosas. A la cabeza de las reivindicaciones, el salario, piedra angular y objetivo de todo el ajuste burgués.
El viernes 29, más allá de las decisiones de las “gerencias sindicales”, los trabajadores que ya han hecho la experiencia de la organización independiente para la lucha y conquistado parte de las reivindicaciones, nos disponemos al paro y a la movilización; el estado asambleario recorre las fábricas, parques industriales y todos los centros de trabajo.
Están dadas las condiciones para hacer nuestro “29” y es aquí donde los luchadores obreros y populares debemos intervenir con audacia y creatividad, para catalizar la furia contenida subterráneamente y canalizarlas a la movilización. Desde abajo hagámosle sentir un infierno a la burguesía, con paros en las fábricas, con cortes de ruta, bloqueos de parques industriales y lugares de trabajo. Este “29” es de los trabajadores.
CONTRA EL AJUSTE, HACERLOS RETROCEDER
QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS MONOPOLIOS Y SU GOBIERNO