Los medios de prensa de la burguesía titulan en el día de hoy el inicio de la importación de gas ala Argentina desde Chile, al que califican de “histórico”.
Algunos detalles del acuerdo no se han dado a conocer. Y son precisamente los que explican que lo histórico no es el acuerdo sino el fabuloso negociado que se esconde detrás del mismo.
El gas que se importa desde Chile cuesta 7 dólares el MBTU, que es la unidad de medida del fluido. Este precio es 128% más caro que el gas que se importa desde Bolivia (3,02 dólares el MBTU) y 53% más caro que se paga por la importación de GNL que llega en barcos (4,50 dólares).
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, afirma que Bolivia no tiene más gas para venderle a la Argentinay que tampoco se consiguen más proveedores de GNL, y de esa manera justifica el acuerdo con Chile y el precio que se paga por el gas que provee ese país. Como dato adicional, diremos que ese acuerdo tiene cláusulas de confidencialidad que no tienen los contratos de GNL ni con Bolivia.
Algunos otros detalles que no se han dado a conocer explican tal vez el por qué de esta cláusula y develan el impresionante negociado en marcha.
La empresa que proveerá el gas desde Chile es Solgas. Esta empresa importa el combustible desde Noruega, dado que Chile carece de gas propio; el proveedor del GNL al país trasandino es British Gas, empresa que el 28 de enero de 2016 fue adquirida por Shell en 69.000 millones de dólares. De esta forma, la empresa Shell se convirtió en la primera empresa mundial proveedora de GNL y obviamente Chile es compradora de ese gas que luego le vende ala Argentina más caro que sus proveedores habituales.
El que compra el gas en la Argentina es Enarsa, controlada por el ministerio de Energía, comandado por Aranguren, CEO de Shell en la Argentina hasta asumir como ministro y todavía accionista de la empresa.
Este “histórico” acuerdo se suma a la licitación que en abril realizó Cammesa, también controlada por el ministro-CEO, para la compra de ocho barcos de gasoil, licitación en la que Shell ganó la provisión de siete de los ocho barcos.
Detalles que los medios burgueses “olvidan” preguntar o difundir, al tiempo que bombardean con la corrupción del gobierno anterior. Es coherente: la corrupción que se “combate” es la que al poder monopolista ya no le sirve. Mientras tanto, se nos machaca que pagamos el gas a precios muy bajos para justificar las subas de tarifas. ¡Digan la verdad! Las tarifas suben mientras el Sr. Aranguren y Shell acrecientan sus ganancias en forma sideral.
Muchas veces se dice que la corrupción mata, lo cual es cierto. La tragedia de Once es un claro ejemplo. Pero también es una casi condena a muerte aumentar el gas el 1000% en Tierra del Fuego, insumo indispensable en ese lugar, mientras el atildado Sr. Aranguren y su empresa realizan escandalosos negociados. Tengan en cuenta esto los medios de la burguesía si el 1º de junio los trabajadores petroleros de esa provincia lleven adelante el corte de gas que están anunciando en represalia a semejante ataque.
Corrupción de chapuceros y corrupción de guante blanco. Ambas condenan a nuestro pueblo que no se resigna y sigue dando pelea permanente contra las políticas de la oligarquía financiera.