Como expresión de la ambición por las ganancias, el viernes pasado a la madrugada un compañero transportaba un maxi-bidón con material inflamable en un Clark y el mismo explotó hiriendo de gravedad a Walter Agüero (alias «el Cuervo»), quien luego fallecería el día domingo. Trabajaba como personal de limpieza en la contratista Linser, quienes desde hace años están dando ese servicio.
Quedan al desnudo con este hecho las actitudes inhumanas de este tipo de compañías que solo se preocupan por sus intereses. Todo esto se da en un marco de permanente disputa en el intento de flexibilizar cada vez más el trabajo, con el «nuevo desafío” de incrementar los ritmos de producción a costa de la salud de los trabajadores, de nuestras vidas.
Exigen “mayor compromiso” pero evaden todo tipo de medidas de seguridad; le exigen a personal no capacitado hacer tareas de riesgo sin la capacitación correspondiente ni las medidas de seguridad que deben aplicarse.
Se repite esto en el último año, dos veces antes: cuando una plataforma de la planta de montaje aplastó a un operario de mantenimiento y también cuando un compañero se rompió tibia y peroné por negligencia de la compañía.
Este no es un hecho más en la vida de los trabajadores, un ser humano perdió la vida por la mezquindad e inhumanidad de la producción capitalista.
Intentan hacerlo aparecer como un hecho aislado pero es a lo que nos exponemos cuando salimos de nuestras casas y vamos a nuestros laburos, en donde para estas empresas no somos más que una tuerca, la cual reemplazan cuando se gasta o rompe.
Esto es lo que se vive día a día, en VW y en cualquier otra fábrica.