La Ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra (de amplia carrera diplomática) ha sido acusada de encubridora por acciones de pedofilia y abusos sexuales cometidos por los Cascos Azules entre diciembre del 2013 y junio del 2014 contra 13 niños de 8 a 15 años que se encontraban en campos de refugiados en la República Centro Africana. Los niños eran procedentes de Guinea Ecuatorial, Guinea Francesa y Chad. En la mayoría de los casos fueron violados o abusados a cambio de comida.
Estas denuncias las realizó ante el gobierno francés un reconocido especialista en Derechos Humanos y miembro de la ONU de origen sueco, de apellido ANDRES KOMPASS. La reacción no se hizo esperar: recibió una suspensión de sus actividades en la ONU acusado de mala conducta.
Según la revista especializada Foreign Policy la Susana Malcorra, en su rol de Jefa de Gabinete de la ONU está “acusada de haber intentado ocultar el caso de abuso sexual y violación contra los menores y llevar adelante una persecución contra Kompass”.
Frente a la dimensión que tomaba el escándalo, el 3 de junio de 2015 el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon anunció la formación de un panel independiente compuesto por 3 jueces con el fin de realizar una revisión externa del caso. Tales jueces eran encabezados por Morie Descamps, prestigiosa jueza miembro de la corte de justicia de Canadá. El tribunal llegó a la conclusión que Malcorra, junto a otros altos funcionarios de la ONU, estaban más preocupados en silenciar el hecho y perseguir al denunciante Kompass que a proteger a los niños víctimas de tales aberraciones por parte de los Cascos Azules. La denuncia del tribunal planteó, específicamente, que Malcorra cumplió un rol importante en el ocultamiento de los hechos, al igual que el encargado de la Oficina Ética, Joan Dubinsky, y la Secretaria General Adjunta de Servicios de Supervisión Interna, Carman La Pointe. No obstante este, Malcorra llegó a declarar públicamente que Kompass fue separado porque estaba siendo investigado por mala conducta. Pero tal informe argumenta todo lo contrario: “La actitud de Malcorra limitó la investigación”.
Hechos como estos de abusos y violaciones de parte de los Cascos Azules intervinientes en países en guerra son una práctica sistemática donde abundan denuncias de estos hechos aprovechándose de la gente inerte y sufrida de lo que significa huir o estar en un estado de guerra. No es desconocido, por ejemplo, las denuncias que hubo en Haití y otros países de Medio Oriente y África.
Las actuales políticas implementadas por el gobierno en relación a los Derechos Humanos en Argentina no hacen más que confirmar las denuncias contra Malcorra, pues en la actualidad se están implementando políticas de desmantelamiento de la mayoría de los organismos oficiales dependientes de la Secretaría Nacional de Derechos Humanos.
Los despidos, el congelamiento y desconocimiento de la aplicación en concreto de las leyes reparatorias para las víctimas del terrorismo de Estado, como una sumatoria a la más grande de todas las violaciones de los derechos humanos contra nuestro pueblo que es el tremendo ajuste aplicado, con nuevos endeudamientos externos que profundizarán más hambre y miseria, agudizando aún más la ya lamentable vida que padece todo el pueblo argentino producto de la dominación y el sometimiento.
Lo de los Cascos Azules y la actitud de estos personajes de la ONU de meter bajo la alfombra estos hechos absolutamente inhumanos, van en consonancia con todo el andamiaje corrupto e inmoral de este sistema capitalista mundial.
Para concluir, les queremos avisar a toda la prensa radial, escrita y televisiva argentina, instrumentos de los monopolios que solo están como generadores de corrientes de opinión e ideologizantes, que esta denuncia existe y que ellos han hechos el más grande de los silencios. Aplaudimos la prensa escrita de las redes que nuestro pueblo va generando, donde radica la más grande de todas las sabidurías y se constituyen en fuentes de información que salen al cruce de las verdades que el poder oculta o trata de minimizar.