El retroceso al cual las masas están obligando a la burguesía y sus gobiernos, no se detiene. Por el contrario, se incrementará. Las últimas declaraciones del gobernador de Córdoba, Juan Scharetti, lo dejan en claro. Y estas ocurren después de la fuerte iniciativa de taxistas y remiseros (que salieron a convocar a todos los propietarios de vehículos que funcionan con GNC) que en una rápida respuesta se van sumando de a miles a la presentación de amparos y movilizaciones para hacer retroceder también el precio del metro cúbico de GNC; o el pedido de aperturas de paritarias por parte de varios sectores (docentes, transporte, madereros, metalúrgicos, alimenticias y empleados de comercio, entre otros); después de la última suba de 36% del boleto interurbano y del aumento imparable en los alimentos en el mes de junio; sumado a la fuerte demanda de cientos de padres organizados que reclaman que se vuelvan a incorporar a todos los niños que a principio del ciclo lectivo el gobierno saco del padrón de niños asistidos en las escuelas.
Las palabras del gobernador desnudan algo importante: lo que está en juego es mucho más que las medidas económicas tomadas. Estos funcionarios de la burguesía, asechados y acorralados por un sin fin de frentes abiertos, ven peligrar dos eslabones muy importantes de su andamiaje. Y sabido que este recule no les saldrá gratis, salen presurosos a tratar de resguardarlo, el populismo y las burocracias sindicales.
En sus declaraciones, el gobernador les pidió a todos los sectores peronistas (y en particular a los sindicalistas) que más allá de lo que pase con las tarifas hay que ser responsables y preocuparse por mantener la gobernabilidad. Pues, bien en claro tienen que su ingobernabilidad es proporcional al poder que las masas inmersas en un profundo y creciente debate al que van alcanzando.
En este creciente debate que mencionamos quisiéramos destacar un elemento fundamental que amenaza con asestarle un golpe de muerte al populismo y las burocracias sindicales (que ya prácticamente no tienen lugar ni en las barriadas ni en los centros de trabajos. Un elemento que predispone las fuerzas necesarias para que lo nuevo se imponga y rompa con el estado actual de cosas, un elemento que ha llegado para quedarse y que en esta iniciativa de los choferes de taxis y remises se está reflejando muy clara mente: la masividad.
Estos aspectos que aparecen con mayor peso en la actual etapa de la lucha de clases, ensanchan los caminos de unidad, rompiendo el aislamiento que intenta imponer la burguesía y develando que la soluciones a los problemas laborales y los demás problemas sociales tienen un mismo camino: la aparición con fuerza de una salida revolucionaria.