Si hay algo que le gobierno macrista no ahorra a la hora de la comunicación de sus políticas es la desfachatez y el cinismo. Con fórmulas repetidas, como la de justificar todo con la “herencia” del anterior gobierno, pero también con innovaciones.
Porque ahora resulta ser que los males de nuestro país, además de la siniestra herencia aludida, es producto de los “hábitos y costumbres” de los trabajadores y pueblo argentinos.
Según Macri, las conquistas de los trabajadores es un “costo” para los argentinos (discurso del 9 de julio); la supuesta falta de energía es culpa del pueblo que quiere iluminarse cuando el sol se oculta y calefaccionarse cuando hace frío.
Mientras esto se afirma, los bancos anuncian una nueva suba de las comisiones, la segunda del año, para cubrir el porcentaje de la inflación.
De eso, ni una palabra.
Ni una palabra de los más de 340.000 millones de pesos que recibieron las empresas de energía en el período 2004/2014. ¿Qué hicieron las empresas con esa plata?; ¿Por qué no invirtieron un peso en el mantenimiento y producción de las redes? ¿Les fue mal a las empresas de energía cuando Pampa Energía, la dueña de Edenor, pagó 892 millones de dólares para quedarse con los negocios de Petrobras enla Argentina? La respuesta es que el pueblo pague los aumentos y las empresas que sigan recaudando.
Ni una palabra del derroche fenomenal de agua y del envenenamiento del suelo que provocan las mineras en nuestra cordillera. Una mina como Veladero en San Juan gasta en una hora lo que consume una familia de la zona en 20 años; una tonelada y media de roca significa poder sacar un gramo de oro, lo que implica destruir la montaña e inocular cantidades industriales de cianuro en el suelo. ¿No es eso atacar al medio ambiente? ¿Eso es tolerable porque la ganancia capitalista está primera? La respuesta afirmativa se confirma cuando una de las primeras medidas del actual gobierno fue sacar las retenciones a la minería y se prepara la entrega de los recursos mineros de litio de nuestro noroeste argentino.
Ni una sola palabra de la energía que consumen los monopolios. Está calculado que tres empresas mineras consumen la energía de Atucha I; Aluar consume el equivalente a todo el gas que se importa de Bolivia; la mineraLa Alumbreraconsume la misma energía que toda la provincia de Catamarca donde está radicada. ¿Estas empresas dejarán de recibir subsidios del Estado que controlan? Los lectores compartirán que la respuesta es negativa.
Ni una palabra acerca de los monopolios petroleros que importan petróleo desde África a pesar que el gobierno les garantiza más de 10.000 millones de dólares anuales de subsidio en el precio del barril que producen enla Argentina, en una abierta iniciativa para forzar a nuevos subsidios y prebendas. ¿No es eso un derroche de recursos del Estado, que supuestamente está quebrado?
Ni una sola palabra referida a que la banca Morgan, los patrones de funcionarios del gobierno como Prat Gay (secretario de hacienda) y Luis Caputo (secretario de finanzas), tuvo una posición de privilegio en la emisión de deuda efectuada por el gobierno y fue el mayor suscriptor de venta de deuda argentina en el año 2016. ¿Esos no son privilegios concedidos a monopolios financieros que tienen a sus representantes directos en la gestión estatal?
Así están las cosas en la Argentina. Un gobierno burgués que tiene como iniciativa culpar a los trabajadores y el pueblo por los problemas del país mientras oculta las políticas que siguen llenando los bolsillos de los monopolios.
Tan pobre y débil es la iniciativa como pobre y débil es el gobierno que la emprende, con la vana ilusión de engañar a las masas populares.