Aferrarnos al terreno, desde allí avanzar con las fuerzas acumuladas en simultáneo con la lucha iniciada, extender el plan y el conflicto a todo lo que rodea el radio de influencia y avanzar en la organización en vistas de una acumulación de fuerzas que cambie la correlación de las mismas contra el enemigo que estamos enfrentando.
La clase obrera y los asalariados hemos llegado hasta aquí con sendas luchas, movilizaciones, paros, tomas, y se suceden actos de acción directa cada vez más dinámicos. Es que el estado de ánimo es una “mezcla rara” de bronca, impotencia y a la vez de no querer volver atrás, persistir, no retroceder y decididos a luchar. Como en todo proceso hay momentos de avance y otros de retroceso
La tendencia que adopta todo el movimiento de masas es hacia un agudizamiento de la lucha de clases. Todos los fenómenos de enfrentamiento se van a ir generalizando y es por ello que se hace necesario precisar las tareas del momento.
En primer lugar las organizaciones obreras y de trabajadores organizados desde la lucha deben incorporar como metodología revolucionaria planes de lucha que no se circunscriban solamente a la realización de un paro, una toma o un acto aislado de la conquista. Un plan de lucha debe contemplar:
a) la conquista política, es decir el derecho político de los trabajadores a participar en forma directa en la decisiones que, en primera instancia, están focalizadas en el lugar de trabajo pero que se extienden a la zona, a otras empresas del lugar y así, desde allí, al plano nacional. Los derechos políticos implican ganar legalidad y legitimidad en los reclamos, preocuparse, además del salario y condiciones laborales, por los temas de seguridad, educación, salud, etc. entendiendo que la lucha y la movilización es el arma fundamental de conquista.
b) La organización. Los planes de lucha son de corto, mediano y largo plazo. Definidos los ejes políticos se trata de avanzar con planes precisos en las conquistas de todo tipo, pero ahora como parte de un todo. Se trata de organizar las fuerzas de toda la empresa, por ejemplo, definiendo un plan de propaganda sobre las medidas de lucha a tomar, definiendo los verdaderos delegados por sector y cuando hablamos de verdaderos delegados estamos diciendo los compañeros referentes. A modo de ejemplo: la lucha para sacar a un gerente requiere de más de un acto de lucha, lo mismo de un reclamo salarial o lo que fuere. Se trata de que la mayor cantidad de trabajadores estén al tanto del plan, que todos tengan cabida para el mismo y que el apriete se haga sentir con más grado de organización. Una lucha y una conquista organizada preparan las bases para una nueva embestida. Evita el todo o nada permitiendo elevar la calidad política de la organización. Sobre esta base se afianza la independencia política de los trabajadores, se toma distancia de las viejas y putrefactas organizaciones sindicales que lo deciden todo por sobre los intereses genuinos de la mayorías.
c) Amplitud y extensión del plan. Se hace necesario impulsar planes de lucha locales y a partir de allí extenderlos con la misma metodología en forma simultánea. Por ejemplo si el plan de lucha va por un reclamo salarial los mismos trabajadores de la empresa tienen que organizar grupos de compañeros que avisen a otros trabajadores de la decisión tomada. Reclamar la solidaridad, abrir el conflicto a la comunidad, que se sepa que la lucha no está burocratizada. El aislamiento en un enfrentamiento con la patronal no es bueno, pero al revés, si se quiebra dicho aislamiento, aumenta la posibilidad de triunfo.
Un plan de lucha implica: objetivos políticos y reivindicativos claros, organizaciones estables de trabajadores y asambleas en donde se ejerza a pleno la democracia directa. Es una época en donde el conflicto, una vez lanzado hay que sostenerlo, pero sin masividad la cuestión es más difícil.
Las empresas saben por experiencia propia que la clase obrera y los trabajadores hemos conquistado todo lo que tenemos. Ellos no nos han dado más que miserias y pobrezas, pero ahora se trata de profundizar lo que en muchos lados ya se está haciendo pero bajo la bandera de ganar los derechos políticos de los trabajadores.
No habrá planes de lucha si las cosas se deciden por arriba. Habrá en todo caso medidas aisladas que sabremos utilizar, pero cuyo contenido fundamental será poner dique de contención a los trabajadores. Se trata de ir trabajando la independencia política en el plano del enfrentamiento clasista y sostenerse en la más amplia participación de los trabajadores en cada decisión tomada. Cuestión que hay que trabajarla diariamente y con objetivos claros y contundentes. La preparación de un paro en un establecimiento, de una toma, etc. tienen un antes, un durante y un después. Eso es un plan de lucha en donde al día siguiente se haya podido avanzar en el enraizamiento y amplitud de la participación de más trabajadores a próximos pasos.