El sábado pasado (24/9) un grupo de 40 matones armados entraron nuevamente a los tiros a la comunidad indígena guaycurú de Bajo Hondo, provincia de Santiago del Estero. Arremetieron contra las viviendas, los animales, los pozos de agua, las herramientas de labranza, los alambrados. Incendiando, matando, envenenando y destruyendo. Todo de lo que es capaz una fuerza paramilitar con libertad de acción, e impunidad amparada en la justicia oficial del Estado provincial y en las fuerzas policiales.
La comunidad de Bajo Hondo posee 4.000 hectáreas. En ellas, históricamente viven y trabajan unas 65 familias. La posesión de esa tierra comunitaria, es ancestral y al mismo tiempo oficializada por el Estado. Les asiste de hecho el derecho de la propiedad comunal de las mismas. Un derecho que contradictoriamente choca con el concepto de propiedad privada burguesa, que implica la apropiación de los medios de producción y el usufructúo de los mismos en beneficio del capital.
Esta contradicción entre la propiedad comunal y la propiedad privada no puede ser resuelta en el capitalismo sino a favor de la propiedad privada burguesa y sólo puede llevarse adelante por medio de la usurpación y la expulsión de sus habitantes. Por ende, la apropiación de esos campos (que implica el despojo de sus medios de vida) no puede hacerse de otro modo que por medios violentos.
La historia del capitalismo es también la historia de la apropiación privada de los medios de producción. En la Argentina de hoy, como en el resto del mundo, ello es la conducta de los monopolios y del Estado a su servicio. En la comunidad de Bajo Hondo esto queda a la vista. La tierra para el capital es un medio de producción susceptible de ser apropiado para hacer grandes negocios monopolistas; y los llamados emprendedores o inversionistas que nada tienen que ver con generosos exponentes del bien común, operan para la viabilizacion de los negocios de los monopolios.
¿Qué negocios se ventilan detrás de los últimos episodios de Bajo Hondo? La producción de soja transgénica, la producción minera y el carbón vegetal, el negocio inmobiliario, la producción de azúcar y de jugos a base de soja.
Por otra parte, la vida misma de las personas, sus necesidades, sus condiciones, sus aspiraciones, son lo opuesto; por ende representan una traba al negocio que pretenden y que los monopolios llaman progreso.
El MOCASE, Movimiento Campesino de Santiago del Estero, denuncia que la patota de matones que irrumpió en la comunidad de Bajo Hondo son empleados de Refres News, empresa asociada como distribuidora de la Coca Cola y que maneja la familia Canido, que no son otros que los fabricantes de las gaseosas Manaos y Bichy. Desde el Año 2000, el señor Orlado Canido está al frente de la usurpación, expulsión y apropiación de grandes extensiones de campos en Santiago del Estero y Jujuy.
Desde hace pocos años, los ataques han recrudecido cada vez con mayor frecuencia y virulencia, no sólo ocasionando destrozo y atropellos de todo tipo sino provocando la muerte de campesinos.
De 2004 a la fecha, los sucesivos intentos de apropiación de tierras de la comunidad El Colorado, pueblo guaycurú, de la provincia de Santiago del Estero no ha cesado.
En 2012 y 2013, el empresario alegó haber comprado esas superficies en un remate del Banco Nación en Santiago del Estero, luego de haberlas usurpado, y tras la lucha , el control del área volvió a manos del pueblo originario.
En octubre de 2013, el empresario habría ofrecido viviendas, tendido eléctrico y la reubicación para unas 65 familias en Bajo Hondo y tras la negativa de la comunidad, se multiplicaron los incidentes como el ya mencionado del 24 de setiembre. También figuran en este prontuario, que muestra de cuerpo entero la acción del capital, la apropiación de acceso de agua de la comunidad El Tunal, también, en Santiago del Estero y la instalación de alambrados clandestinos y ocupación forzosa de 5.000 hectáreas de la comunidad Sacha Sumaj. Todo esto además de querer la búsqueda por apropiarse de grande campos en las localidades de Moreno, Juan Felipe Ibarra y Alberdi también de Santiago.
En Jujuy, hay una denuncia de 2013 por usurpación de tierras en el paraje Agua Salada, muy cerca de la localidad de Palma Sola, departamento de Santa Bárba. Mientras que en esta provincia se presenta ante las comunidades como empresario azucarero, en Santiago lo hace como empresario sojero, he aquí un gran inversionista.
Pero no solo ello, además de crear empresas constructoras, de juegos de azar, de negocios hípicos y cría de caballos de carrera, para darle encuadre “legitimo” a sus apropiaciones y usurpaciones, la familia Canido ha creado dos sociedades anónimas conformadas para realizar “toda clase de operaciones inmobiliarias”, Caladin SA y Esgenan SA. Fraguan -con la veña de jueces- títulos de propiedad fraudulentos y compras que nunca existieron, avalan órdenes de desalojo de los campos por la fuerza pública.
Como mas de una vez, esto fue frenado por la lucha de los campesinos. La aplicación del terror, el amedrentamiento, la disuasión y el hostigamiento para que abandonen sus propias tierras, se lleva adelante por grupos paramilitares que operan bajo sus órdenes.
Hace poco más de dos meses, Coca Cola compró la fábrica de jugos de Soja Ades en Tucumán. Entre los planes de la multinacional está la exportación al mundo de este producto. Ello implica más y nuevos campos para la producción sojera. No es casual que la empresa Refres News, productora de la gaseosa Manaos, que tiene una vinculación estrecha con la Coca Cola, dedique insignes esfuerzos para apropiarse de campos a costa de saqueos y muertes, para ese cultivo. Las casualidades existen pero hay situaciones que se confiesan elocuentemente menos casuales de lo que parece.
En tal sentido debe interpretarse la visita del presidente Macri y la gobernadora Vidal a la planta de Manaos de Orlando Carido en el parque industrial de Virrey del Pino, hace menos de un mes. Aquí no solo queda más que ratificado el apoyo político a la acción de este gran emprendedor como fue llamado, sino que patentiza la calaña del capital, de sus representantes en el Estado y la podredumbre que expresan en toda su dimensión, Incluido el ¡Vamos Manaos! de la publicidad televisiva.