Mientras en el Coloquio empresarial de IDEA reina el desconcierto y en la CGT Pablo Moyano intenta plantar bandera anunciando una nueva división de la organización sindical, el malestar reinante en los centros de trabajo y la incertidumbre de todo el pueblo sobre el futuro inmediato no dejan de carcomer los “cartuchos políticos” de la clase dominante.
Cada expresión del empresariado denota su preocupación ante una falta de dirección política homogénea que se realice desde las huestes de la casa rosada. Lo prometido nunca llega y se agota el tiempo de justificaciones. La CGT está partida en mil pedazos, ellos asimilan rápidamente que la lucha de clases “aún” existe y las puertas de todos los gremios son golpeadas y empujadas por una bronca visceral de todos los trabajadores.
De este lado de la barricada, la gran mayoría del pueblo explotado y oprimido atravesamos un camino complejo que hay que transitarlo.
Se ha luchado mucho y se lo sigue haciendo. Hay acciones ofensivas y de las otras. A veces se ganan conquistas y a veces se pierden. Pero en términos generales hay “pocas pulgas” y eso lo saben los “señores” de la clase dominante.
Este camino que estamos transitando incorpora a miles y miles de personas al ejercicio de la movilización, se va ganando experiencia en forma constante y como una gota de agua no deja de erosionar. La calle enseña, es la mejor escuela pero si a ello le agregamos el constante debate político sobre la situación que estamos viviendo, la cuestión adquiere mayor peso.
El estado deliberativo tiene como estandarte el bajo salario, pero los problemas sociales no le van en zaga. El acto reflejo de toda inquietud es la protesta, así se manifiesta cuando hay un hecho de inseguridad, de falta de un servicio, de una injusticia. Hay miles y miles de estos actos imperceptibles aún cuando los mismos no adquieren una importancia de “negocio” para los medios de “desinformación monopolizados”.
Este camino hay que caminarlo, se lo está haciendo y para que nada nos saque del mismo y nos lleve a bifurcaciones que no conduzcan a nada, a cada paso, a cada momento , en todo instante se hace necesario que los revolucionarios explicitemos a viva voz hacia dónde vamos, que no nos obnubilemos con ciertas victorias y, a la vez, que no nos acose una derrota.
De una cosa estamos seguros, la clase dominante, su gobierno, las instituciones del Estado no pueden más que poner piedras en el camino, pero no pueden obstruirlo, sus crisis políticas los han debilitado y esto viene de años. Es fácil para el presidente de la Fiat desde su escritorio decir “que si hay huelga que los salarios no se paguen”, desde el gobierno le están diciendo: “idiota” eso es lo que quisimos hacer de entrada y no pudimos y pasamos de medidas tajantes a medidas “gradualistas”. En estos casos el “engaño” podría ser mejor consejero.
Para recorrer el camino y no caer en bifurcaciones, para evitar los caminos “fáciles” que nos lleven a ”la nada”, a más de lo mismo, hay que sostenerse en las dificultades que presenta transitar lo complejo. Hay que hacerlo y el timón tiene que estar firme.
El objetivo de este tránsito que envuelve a la gran mayoría del pueblo es la dignidad, una consigna que recorre el mundo. Esa dignidad la vamos a lograr hoy luchando y mañana produciendo el acto revolucionario que es la lucha por el poder, en pocas palabras: que quienes lo hacemos todo, seamos los dueños de todo.
El tránsito de hoy es que todas estas expresiones de descontento además de conquistar en lo inmediato no pierdan de vista la principal tarea de lograr una acumulación de fuerzas que pueda quebrar la actual correlación entre las mismas. El camino está lleno obstáculos, es cierto, pero la masividad de quienes lo transitamos oxigena las fuerzas, las revitaliza constantemente, cada vez más se consolidan fuerzas que desde hace largo rato optaron por la dignidad.
En el hoy de este tránsito tenemos tareas urgentes que realizar:
1) Con la lucha y la movilización no dejarlos gobernar, ¡si a ellos les va mal a nosotros nos va bien!
2) Trabajar denodadamente en la unidad por abajo.
3) Impulsar, crear y concretar diversidad de organizaciones políticas-reivindicativas que, rechazando la institucionalidad burguesa se dispongan a instituir las organizaciones con un carácter estable y duradero capaz de imponerle a las autoridades y como piso el reclamo por el cual se desató el conflicto.
4) En la hora actual decíamos acrecentar la movilización por un lado y por el otro dar un paso sostenido a romper el aislamiento en la que el poder nos sometió durante décadas.
“Tu conflicto es mi conflicto” ¡Unámonos!