Dándole continuidad a la publicación de artículos que forman parte de los diferentes Boletines Fabriles del PRT, presentamos hoy una nota del Boletín de la fábrica de neumáticos Pirelli, en la zona Oeste de la Pcia. de Buenos Aires.
«El hecho de trabajar juntos y sufrir las condiciones de explotación de la producción capitalista, de responder con furia los atropellos de las patronales, es una condición de la unidad en el seno de la fábrica. El hecho de que en todas las fábricas y empresas que nos rodean, estas condiciones tanto de lucha como de atropellos, se den con similares características, también es una realidad que identifica a la clase obrera. No es una situación aislada de cada fábrica, ni de cada rama particular de la producción industrial, sino que abarca a todos los trabajadores en general.
Los empresarios necesitan, aumentar la producción, aumentar los ritmos de trabajo, aumentar la cantidad de horas de trabajo y con ello reducir nuestros salarios. Ellos buscan siempre denigrar nuestros derechos laborales, denigrar nuestra condición de seres humanos. Someternos a sus planes de flexibilidad laboral que implican más ganancias para ellos y más explotación para nosotros. Cuanto más imponen estas condiciones, más perjudicados estamos.
Como bien sabemos, todo esto se traduce en agotadoras jornadas de trabajo, en empobrecimiento, en el empeoramiento de las condiciones de vida de nuestras familias. Ellos no pueden enriquecerse sin imponernos estas “políticas empresarias”. Los obreros no podríamos siquiera conquistar mejores salarios y condiciones más dignas de trabajo, sin enfrentar constantemente estas políticas de los poderosos. El solo hecho de ser obreros explotados por el capital nos pone en esta situación de confrontación, que salta en todas la fábricas, en todo el universo de la industria en nuestro país.
Existe una situación generalizada de enfrentamiento, somos protagonistas de ello. Esta realidad de la clase obrera nos muestra la contradicción entre el capital y el trabajo y nos identifica a todos los obreros. Es una situación que estrecha nuestros lazos comunes con las aspiraciones de una vida digna, es una situación que potencia nuestra unidad y que hace que necesariamente debamos organizarnos para desarrollarla.
La unidad no es únicamente la lucha común y las necesidades comunes. Sin la organización propia de los trabajadores, la unidad es momentánea y espontánea. Queda limitada a dar respuestas esporádicas frente a lo que los patrones decidan.
Es decir, una protesta formal, quejas dispersas que quedan en la nada. Que luego se disuelven en el olvido, quedando sujeta a lo que las patronales decidan y a cuándo lo decidan. De este modo la unidad de los trabajadores, nuestras quejas y reclamos conjuntos, que en cada conflicto se hacen presente, queda reducida a los límites que les convienen a las patronales y los burócratas a su servicio.
Esa unidad es estrecha y hace que los obreros seamos manejados como marionetas según sus caprichos. Se reduce a un minúsculo grupo que desde arriba decide por nosotros qué hacer. Que aparentan ser los representantes electos, pero que no lo son. Siempre serviles a las políticas de las patronales, que se prestan a imponer el miedo a frenar la lucha y dividirnos. Es el tipo de organización sindical burocrática, que es un tapón a la unidad más amplia de los obreros y también un freno a nuestra propia organización de base. En los hechos, se opone a la democracia directa y asamblearia. Se opone a ampliar la cantidad de delegados por sectores, se opone a los planes de lucha y solo están a favor de los patrones.
Una empresa de más de 1200 trabajadores como es Pirelli no puede tener solamente 16 delegados. Esos delegados que concentran en sus manos las decisiones, los reclamos y las reivindicaciones laborales de una amplia mayoría son escasos. Limitan la cantidad de demandas que siempre se ningunean. Que además sirve para mandar en cana a los trabajadores que reclaman, como en Pirelli quedó demostrado más de una vez. Este tipo de organización sindical es en los hechos un grupo de burócratas que representan a los patrones, prácticamente es una organización policial. Nada más lejos de la unidad, nada más lejos de la democracia, nada más alejado de la organización propia e independiente y de una organización sindical que exprese claramente los intereses de los obreros.
Quebrar esta situación impuesta desde las cúpulas sindicales y empresariales significa: en cada sector y cada línea, debemos avanzar en la designación de un delegado cada 10 0 15 compañeros. Esta organización tiene que romper con las limitaciones y las normativas que la burocracia impuso a la organización sindical respecto del número de delegados. La misma debe conformarse como un cuerpo robusto y numeroso de delegados, que pegados a los trabajadores expresen sus demandas concretas en reuniones periódicas y asamblearias, con la amplia participación de todos.
Esta organización debe elaborar un plan de lucha en función de esas demandas. Y de ser necesario cambiar aquellos delegados que no cumplan con su función por otro trabajador, en el lugar y el momento sin tener que esperar hasta la próxima elección.
Son estos tiempos de crisis en donde las patronales apuestan a los negocios rápidos. La flexibilidad laboral está a la orden del día. Los cambios repentinos en la producción (como se verifica en Pirelli) no sólo traen como consecuencia despidos, sino también la imposición de más horas, más ritmos de trabajo y más productividad; se desconocen convenios y se avasallan nuestros derechos.
La respuesta inmediata frente a estos cambios necesita de una organización que rápidamente actué frente a la crueldad del enemigo. Como la experiencia histórica de nuestra clase obrera lo ha demostrado, esta forma de organización de base hace de la unidad un hecho verdadero, que posibilita golpear como un solo puño contra la irracionalidad de las patronales.
Pero va mas allá. Esta organización frente a una lucha hace posible que desde una fuerza mayoritaria de trabajadores se resuelvan situaciones como el llamado a otras empresas a prestar apoyo, a la amplia la difusión y comunicación de los conflicto y al apoyo de obreros en la lucha de otras empresas.
Hace posible que los trabajadores comprendamos colectivamente las trampas e imposiciones de la patronal para que no nos tomen por sorpresa, pudiendo preparar el golpe que los obreros debemos dar frente a su maniobras, o sea, prepara el plan de lucha.
Materializa la unidad en la fábrica rompiendo los límites y las divisiones que las patronales siempre buscan imponer entre contratados y efectivos, entre convenios de unos o de otros, entre categorías, entre sectores, entre tercerizados, etc. Y por sobre todas las cosas, se constituye como una organización de poder frente al régimen de explotación en Pirelli.
Porque de eso se trata: no solo está para responder con contundencia cada iniciativa de los patrones sino, para dar lugar a la iniciativa independiente de los trabajadores, colocando en primer plano nuestros intereses por sobre los explotadores, haciendo de la lucha contra la explotación, la lucha revolucionaria contra el sistema capitalista«.