El eje central de toda la acción política de los monopolios y del actual gobierno a su servicio es el incremento de la productividad y la reducción salarial. El impulso a las leyes de flexibilidad laboral, la modificación de los convenios laborales, los cambios frente a las aseguradoras de riesgos de trabajo, las ART, las suspensiones y los despidos, el aprovechamiento de las dirigencias sindicales enquistadas en la superestructura, aún más entreguistas y traidoras que antes, avalan todas estas iniciativas de los poderosos.
Estas y otras tantas políticas -como por ejemplo las aplicadas en la educación técnica de nivel secundario que intentan implementar-, conforman un paquete político que busca con todas estas aristas y a todas luces, adecuar las condiciones de producción a las necesidades de los monopolios.
Es decir, lisa y llanamente, intentan a como dé lugar la reducción de costos, que en el idioma del capital globalizado significa ni más ni menos un desmesurado incremento de la superexplotacion de la clase obrera, la reproducción de estas nuevas condiciones laborales y el aseguramiento de más y más ganancias. Dicho en palabras de Paolo Rocca: «El gran desafío es reducir costos estructurales, de contratistas y proveedores, logística, precios y tener una agenda para atraer inversiones»
La Nación del 4/12/2016: «En el reciente encuentro organizado por la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el presidente del Grupo Techint afirma que el costo de un obrero de equipo de perforación está en alrededor de US$ 80.000 al año, frente a US$ 30.000 en los Estados Unidos. Para más datos, Paolo Rocca indicó que aquí un equipo de perforación se opera con 27 personas y en los EE.UU., con 10. En la industria explican que esta disparidad obedece además a las rigideces del convenio para encuadrar tareas similares.”
Los grandes y controvertidos debates que se dan en el seno de la burguesía monopolista en estos últimos días implican la implementación de estas medidas. Que tienen como perspectiva el desarrollo productivo de los yacimientos de Vaca Muerta y las ganancias que se disputan los monopolios a la hora de los negocios.
Aunque aún está en discusión la repartija del botín a obtener, el cuadro de inversiones del Estado en su beneficio y las disputas sobre su implementación, están de acuerdo en una sola cosa: que sus ganancias no cierran sin más productividad y explotación.
No es casual que lo único acordado hasta ahora haya sido la superexplotacion de los obreros, el cambio de Convenios y la reducción salarial. Es decir, una ofensiva política en todo sentido que implica avasallar las conquistas, someter a sus descabellados dictados la fuerza de trabajo, inhumanizando aún más las condiciones de vida de los trabajadores.
Como botón de muestra, todo ello queda expuesto en los acuerdos firmados entre el gobierno, las petroleras y las dirigencias sindicales traidoras del petróleo, es decir, la santa alianza. La Nación del 4/12: “Para el próximo Día del Petróleo (13 de diciembre), Mauricio Macri prevé anunciar un inédito acuerdo con el sindicato de petroleros privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa, que incluirá en su convenio cláusulas de productividad a cambio de estabilidad laboral. El eje es el fin de las «horas taxi», que elevan los costos laborales especialmente en empresas contratistas de servicios petroleros. Esta modalidad considera como horas extra las destinadas al transporte de operarios a los yacimientos. Así, la jornada de 8 horas agrega un promedio de 4 extras (con un adicional de 50%), y, como el régimen laboral es de 12 horas por 12 de descanso en los yacimientos, el costo equivale a 26 horas por día”.
Más aún si el resultado político y económico de estas políticas en suelo de EE.UU., que comparativamente utiliza Paolo Rocca para esgrimir sus argumentos, se manifiesta en la decrepitud del capitalismo en ese país con su severa crisis, con las secuelas de miseria, desocupación, hambre y barbarie social de millones de trabajadores. ¿Dónde encaja el progreso que esgrime en sus argumentos? ¿Como pueden conciliar las dimensiones de estos planes de superexplotacion con las necesidades de vida digna de los trabajadores y el pueblo? No hay ninguna posibilidad de ello.
El capital sólo existe para la reproducción de las condiciones de explotación. Lo reiteramos: todo el conjunto de sus políticas, se lo mire por donde se lo mire, es un ataque directo a la clase obrera y a los trabajadores de nuestro pueblo.
La pregunta entonces es ¿O ellos o nosotros? En días pasados se dio a conocer en la prensa burguesa que nuevamente el porcentaje de la conflictibilidad laboral se ha incrementado. Ello es indicador de las preocupaciones del poder por la lucha de clases y la conducta de enfrentamiento que se manifiesta a diario.
Pero el gran desafío es la construcción de las herramientas de base para la revolución, con independencia política de la burguesía, con un proyecto revolucionario, para la toma del poder, para quebrar esta historia.