Desde hace varios años la empresa Acindar está amenazando con llevar adelante una “reestructuración” en el sector de colada continua.
Este sector cuenta con 88 compañeros, divididos en 22 por turno, más un grupo de contratados para cubrir faltantes. La idea de la empresa es que se trabaje con 16 cros. por turno, o sea 24 compañeros menos. Más productividad a través de mayor flexibilización.
Desde el sector se ha venido frenando, gracias a la firme decisión de los compañeros que, mediante asambleas y diferentes medidas de fuerza (negarse a practicar en otros puestos, frenar corridas que significarían más flexibilización, etc), hasta ahora han podido sostener su posición.
Este año la empresa, invocando el verso de “la crisis” (que acá duro sólo 2 meses del 2016) y del plan de todos los monopolios, que de la mano de este gobierno de CEOs, tratan de imponer “mayor productividad, para ser más competitivos”, quieren, de una vez por todas, ir a fondo con este proyecto.
Es así que la semana pasada la empresa le anuncia a los compañeros que el día 12/2, un grupo de 12 compañeros se constituirían en una cuadrilla volante, los cuales no tendrían un puesto fijo e irían cubriendo los “huecos” necesarios, punta pie inicial de la flexibilización.
Rápidamente los compañeros en asamblea deciden repudiar este hecho y sacar un comunicado hacia todos los operarios de la planta y la sociedad en general a través de diferentes medios, cuya parte del texto transcribimos:
“Acindar la empresa con más muertes por accidentes fatales en los últimos 10 años en la provincia; que puso en riesgo a la población con una explosión en reducción directa en 2015; donde hace apenas 1 año y medio exploto un horno que podría haber matado a decenas de trabajadores y que de milagro no ocurrió; que en el 2008 mato a dos compañeros por intentar mejorar sus números de productividad acelerando el enfriamiento de los hornos.
Hoy Acindar nos dice que quiere mejorar sus números de productividad sacando 24 puestos en el sector más riesgoso y con más eventos potenciales fatales de la planta, sin invertir un centavo en innovar o mejorar las condiciones de trabajo y seguridad y solo apostando a la presión y a la extorción de los compañeros del sector de la mano de los gerentes German Franco y Mauricio Savoie.”
Rápidamente saltan todos los resortes y el gremio (que había presentado una nota por esto en el Ministerio de Trabajo) sale a jugar y se realiza una reunión en el mismo donde se frena “momentáneamente” la reestructuración, hasta tanto no se “analicen a fondo” las medidas y formas de trabajo que plantea la empresa.
Esto, que los cumpas lo toman como un claro triunfo, saben que es transitorio y sirve para demostrar cómo con unidad y decisión de la clase, estos monopolios empiezan a titubear, ya que por más planes que hagan, la clase les pone un freno.
Y por el otro lado, sirve para tomar aire y prepararse para los futuros enfrentamientos, ya que está claro que ésta es una nueva batalla ganada, en medio de esta guerra constante de clases, teniendo en cuenta que nada podemos confiar de las estructuras de este sistema, que sólo favorece a los monopolios.