En medio del lloriqueo empresarial por la “crisis” del sector, un diario local titulaba de esta manera una propuesta del FOEVA (Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas de Argentina) en la segunda ronda de discusiones paritarias del sector.
Este porcentaje que parece excesivo al son de lo pretendido por la burguesía y su gobierno de que los porcentajes se manejen entre el 17 y 20%, (cosa que ya varios acuerdos han superado largamente), es apenas para “salir de un salario de pobreza y alcanzar la canasta familiar básica” según lo reconoció el titular de la Federación en Mendoza.
Esto sería llevar los sueldos iniciales a $13.000 para el obrero de bodega y $12.500 para el peón de viña y especulan que con la suma de ítems elevaría el promedio a $15.000 porque la mayoría de los vitivinícolas superan los cinco años de antigüedad.
Si bien algunas cámaras empresariales reconocen este desfase advierten sobre los topes con que el gobierno nacional intenta acotar las discusiones paritarias. Productividad, trabajo de calidad, capacitación, son las variables que hace rato vienen intentando introducir en las bodegas en consonancia con las políticas que intenta imponer la burguesía desde el CEOS’ gobierno nacional y PELELE provincial.
La crisis con la que vienen especulando desde hace cuatro o cinco años, en realidad es un proceso de concentración monopólica de algunos grupos, como Grupo Peñaflor (Bemberg) que no deja de sumar bodegas de renombre a su monopolio comercial, en este último año anexó a la tradicional Bodega Navarro Correa y a Diageo (licores y bebidas blancas) que se suman a las ya absorbidas en estos últimos diez años como Trapiche, Santa Ana, Michel Torino, Esteco, Suter entre otras (la mitad en plena crisis, según ellos). En esta línea se encuentran grupos como RPB (Baggio), Argento (Bulgueroni), Norton (Langes-Swarovski) que lejos de caer en sus ventas locales, las han mantenido y aumentado, lo mismo en cuanto a las exportaciones que a pesar de todos los pronósticos se mantienen y se siguen ganando mercados.
Es verdad que en los números globales de la industria vitivinícola hay una caída en el consumo interno y en las exportaciones, pero esa baja corresponde netamente a los pequeños y medianos productores, en su mayoría, además proveedores de estos pulpos monopólico a los que se sumarían en otro nivel bodegas como Trivento, Salentein, Flishman y Fecovita que concentran casi el 80% de la producción para mercado local y de exportación. Entonces la crisis es del resto, de los pequeños y medianos bodegueros y viñateros.
Y como dice un amigo obrero vitivinícola, “la crisis es de nosotros, con sueldos por debajo de la línea de pobreza, con representantes gremiales que como buenos burócratas son serviles gendarmes de las patronales” y esto dicho con mucha bronca que se ha ido generalizando en toda la base de trabajadores y obreros de la vid, no es casual que hoy la Federación esté reclamando esta equiparación, ellos están sintiendo esta bronca, esta presión que desde abajo los viene empujando y sacudiendo en algunos establecimientos.
Este reclamo está caminando cada bodega y cada finca, NO SE PUEDE GANAR MENOS dicen los compañeros, más cuando somos testigos de la permanente producción y salida de productos de cada bodega. Por eso es tiempo que con UNIDAD Y MASIVIDAD los obreros vitivinícolas vayamos tomando las rienda de este carro ES HORA DE LA REBELIÓN DE LAS BASES, NO BAJARNOS DEL 45% YA PROPUESTO CON O SIN PARITARIAS.