El conflicto de CANALE en Lavallol, al sur del conurbano bonaerense, es uno de los tantos conflictos silenciados por los medios de la burguesía. Venimos siguiendo bien de cerca esta lucha obrera y hemos publicado una nota en esta misma página web el día 8 de febrero, dónde destacamos la importancia de esta lucha que vienen dando los trabajadores. En esta ocasión corresponsales de El Combatiente se acercaron a la movida cultural y de difusión que hicieron los trabajadores para que nos comenten cómo fue el desarrollo de esta lucha tan importante para la clase obrera argentina.
EC- ¿Como se inicia la lucha? ¿Cuál es la problemática?
– En septiembre del año pasado arrancamos con una nueva comisión interna. Desterramos una vieja comisión que estaba hacía 15 años en la fábrica. A partir de ahí arrancamos un paro que duró una semana. Tuvimos una negociación dura con la patronal. Ese paro se destrabó con la recuperación de algunas conquistas que nos venían sacando, empezamos a contactarnos con gente de organizaciones, hasta el momento nunca lo habíamos hecho. Todo nuevo para nosotros, porque no militamos en ningún partido político. Empezamos a ser parte de algunas cadenas de waths app, nos empezaron a incluir en algunos grupos, comenzamos a dialogar con distinta gente que tiene experiencia en distintas luchas obreras, fuimos buscando las alternativas para dar pelea en este conflicto. Ya en ese momento nos debían tres meses de sueldo y eso se fue repitiendo a lo largo de estos dos últimos años.
EC-¿Cuántos obreros son los afectados en total? ¿Qué actividad hacen?
– En total somos ciento veinte; setenta de UOM, treinta de ASIMRA, veinte de alimentación. La actividad principal de la empresa es alimento en conserva, enlatados. El potencial productivo de nosotros abarca mucho más productos, no solo la conserva. Eso es un poco a lo que nosotros nos hizo mover y no quedar ahí esperando a que paguen o a que se genere laburo, porque justamente sentimos que no están explotando el potencial productivo que tiene está empresa. Inclusive las dos industrias competidoras de esta, están laburando con doce horas, o sea que no hay un problema de mercado.
EC-¿La empresa que alega?
– Nada… siempre dice lo mismo: que no tiene plata, que está en crisis, que no puede afrontar el pago de sueldos, que no pueden conseguir cliente.
Nosotros no creemos que no tenga plata. El tema es que al parecer estos dos últimos años vienen haciendo los deberes bien para el Estado, no sé, la verdad que no sé como se maneja la cosa. A fines de 2015 le dieron un préstamo del FONDEAR (Fondo para el desarrollo económico argentino) de 150 millones de pesos y nunca reactivaron la empresa. Igual, en ese momento faltaban insumos básicos para producir. Con toda esta movida, este plan de desgaste que nos están haciendo a los laburantes de acá, en lavallol se perdieron 50 puestos de trabajo, entre el transcurso de estos últimos 3 años, entre retiro voluntario, despido y directamente renuncia. Se perdieron 50 puestos de trabajo, más las carpetas siquiátricas de los compañeros que ya están ausentes más de un año. Hicieron pedazos todos los sectores de planta
EC- ¿El plan de la empresa es seguir produciendo?
– Si, pero no con el plantel de gente que tenían. Porque hay gente con mucha antigüedad, hay un promedio de antigüedad de veinte años en fábrica. Hay compañeros que tienen cuarenta años, treinta y cinco años, veintidós. Los que menos tenemos, como en mi caso catorce y diez años.
EC- ¿Ustedes son conscientes que no es solo una lucha reivindicativa, sino que es política?
– Acá no está ajeno a lo que es todo el contexto político… la vienen haciendo de a poco con la política de desgaste. Quizás en otros lados la hicieron de una. Todo ha sido por goteo, nadie se ha enterado, no ha salido en los medios como otros conflictos. ¿Cuántas fábricas más hay que no nos enteramos de que están en la misma situación? En el gremio metalúrgico nos enteramos el otro día por los directivos que tenían 40 fábricas en conflictos. ¿Cuáles son esas fábricas en conflictos? La verdad que no tengo ni idea, porque no sale a la luz. Hay quilombo por todos lados pero no nos enteremos, no sabemos, estamos aislados, te tratan de aislar y meter el quilombo para adentro. La verdad que nosotros fuimos demasiado, demasiado irrespetuosos para ellos. Tuvimos una lucha interna para poder avanzar en esto, no fue poca cosa, no fue fácil. Te lo puede decir él, que es de otro gremio que lo veía de afuera como estábamos los metalúrgicos.
– Yo soy del gremio alimenticio. Es un sector minoritario dentro de la empresa, estamos dentro de lo que es el depósito. Seremos menos de quince compañeros. Gracias a la movida que venimos haciendo con la nueva comisión interna nos pudimos despertar y hemos compartido asambleas, hemos mejorado. Antes no, estaba todo muy hermético… ustedes allá, nosotros acá. En el caso del sector alimenticio hemos tenido despidos, retiro voluntario, hay compañeros que se han ido, se redujo más o menos un 30% el sector. Nosotros ahora estamos sin actividad, no tenemos trabajo, prácticamente hace dos años que no hacemos nada. El ánimo es de incertidumbre de que va a pasar.
EC- El apoyo social, de los vecinos, las actividades culturales que vienen haciendo. ¿Qué rebote tienen?
– Se inicio una difusión en la universidad, la difusión fue muy buena. El festival hubo un montón de gente se solidarizo, a partir de ahí también los medios locales, todavía no hemos llegado a los grandes medios salvo el otro día que salió un comunicado en el diario popular.
EC- Para ir cerrando… ¿que mensaje le podemos dar hacía el conjunto de la clase obrera?
– Con inteligencia, con firmeza, con confianza, con organización, con trabajo perseverancia se puede. Uno de los grandes mitos era que en CANALE no se podía organizar, que los compañeros eran unos cagones, y demostramos que los compañeros de CANALE no somos cagones. Que fuimos al gremio, que nos movilizamos, que nos unimos, que nos organizamos. Todas las fábricas pueden y tienen que hacer lo mismo. Decirle a las demás fábricas que no se dejen manosear, no dejarse violentar. Eso por un lado, y por otro que el plan de ajuste se lo metan en el culo. La política de querer producir más por menos y querer explotar más a los trabajadores acá en la argentina no va. Esa política hay que desterrarla de una vez por todas, terminar con esa mentira en donde los empresarios se llenan de plata y los laburantes nos cagamos de hambre. Hay que invertir la cosa. Hay que equilibrar la balanza hasta un día poder volcarla totalmente para el lado de los laburantes.