El próximo 1º de mayo encuentra a la clase obrera y demás sectores asalariados en un proceso cualitativamente distinto al de los últimos años. Se está transitando un camino entre la ruptura con las ya totalmente irrepresentativas direcciones sindicales y las bases trabajadoras, en el que las experiencias de organización independiente se han multiplicado. Estas experiencias van desde organizaciones de base que acrecientan su influencia en diversos sindicatos; cuerpos de delegados y comisiones internas que enfrentan abiertamente a sus direcciones burocráticas; organizaciones sindicales que han sido recuperadas por direcciones clasistas e independientes; surgimiento de sindicatos de empresas, donde se recupera una rica historia de organización obrera.
El rasgo distintivo de toda esta experiencia es el afianzamiento de la asamblea como organismo principal de la organización, en la que se materializa la decisión y la acción del conjunto de los trabajadores.
El carácter democrático y de base de las nuevas organizaciones es resultado de un proceso histórico que se impone por su propio peso; de allí que debemos caracterizar toda esta experiencia de organización como un curso irreversible que surge de la demanda genuina de las bases obreras.
Este 1º de mayo encuentra a este rico proceso de organización en una etapa de consolidación y afianzamiento permanente. No hay día que no se produzcan luchas que sirven a ese fin, desde las grandes (como las de los docentes) hasta las más chicas y no tan conocidas que se dan en los diversos centros productivos y de trabajo.
Es por eso que nuestro partido impulsa para el próximo Día Internacional de los Trabajadores encuentros de base allí donde estas experiencias se están desarrollando. Encuentros de la familia trabajadora en el que se puedan vincular distintas experiencias que se vienen gestando en una misma zona o región y que, sin embargo, no se conocen entre sí. Deben servir para continuar afianzando el protagonismo y la participación de los trabajadores; cada encuentro debe ser convocante no sólo al encuentro mismo sino a la planificación y organización del mismo. Allí donde la experiencia se desarrolla, allí es donde se debe gestar la unidad y el impulso de la organización en marcha.
Estas expresiones de unidad de la lucha y la organización obreras que proponemos para el 1º de mayo que se avecina apuntan también, y fundamentalmente, a darle impulso a la construcción de una corriente sindical que logre unificar a nivel nacional las distintas expresiones de organización auténtica de la clase obrera y trabajadores en general. Que se le dé un cauce organizativo a la rebelión de las bases que ya se ha puesto en marcha y en el que las propias bases deben ser protagonistas fundamentales.
Estamos convencidos que ello es posible de lograr si esa corriente sindical toma cuerpo y alma bien desde abajo, acompañando la experiencia en marcha, y nunca por fuera de la misma. Los encuentros locales o zonales apuntan en ese sentido; de nada sirven movilizaciones de aparatos en el que la masa de trabajadores brilla por su ausencia y se intenta reemplazar su protagonismo y representatividad por estructuras vacías absolutamente de contenido y acción obrera.
Un 1º de mayo verdadero de los trabajadores debe pasar por iniciativas de todo tipo que respeten e impulsen la acción de las bases allí donde estamos, en el camino de la construcción de esa corriente sindical nacional que sea el resultado de un trabajo consecuente desde y con las bases que ya ese han puesto en marcha.