El actual gobierno comienza decididamente a blanquear su real plan económico. Si bien no estamos descubriendo nada con esta afirmación, en las últimas horas se muestra con toda nitidez en el viaje que Macri hace a EEUU. En el mismo, los objetivos se expresan con toda claridad: va con la propuesta de fondos de inversión para darle continuidad a la explotación de shale oil en Vaca Muerta.
En realidad, el viaje es el aspecto formal si vemos los “nenes” que lo acompañan: los Bulgheroni, los Paolo Rocca, y ejecutivos de YPF, Shell, Exxon, Chevron y Schulmberger, Dow Chemical, Halliburton y la Total. Como no podía ser de otra manera, se llevaron un par de esbirros de sus negocios de explotación en la región, como el gobernador de Neuquén (Omar Gutiérrez) y el sindicalista de los petroleros (Guillermo Pereira) que también es senador por la mencionada provincia.
La apuesta juega fuerte en la entrega de los recursos de nuestro suelo y el sistema ilegal de explotación (fracking). Y lleva como “contrapeso” un pedido de clemencia a Trump para que otros monopolios mundiales que producen en nuestro país y exportan biodiesel a EEUU y otros lugares del mundo, sigan operando sin restricciones. Esto es dado que Cargill, Bunge, Dreyfus y ADM son acusados de dumping y violación a las normas comerciales por una organización que aglutina a los monopolios productores de biodiesel en el mundo. Es decir, una disputa en la competencia y concentración, donde a cambio de la entrega de nuestros recursos, piden la venia para sumarle lo del biodiesel.
Por otro lado, la fiesta de la timba financiera, donde los Bancos como parte de las empresas mencionadas, se hacen el agosto en nuestro país con tasas de interés que superan el 26% (cosa que no sucede en ninguna parte del mundo). Con esto se marca a las claras a qué se refieren estos tipos cuando vociferan el tan mentado “atraer inversiones extranjeras”. Simple y llano: explotación de nuestros recursos devastando territorios, superexplotando a la clase obrera y endeudando una vez más al país vía la especulación financiera.
Todo esto va a golpear duramente más aún la economía de nuestro pueblo, pero es más grave todavía, pues la burguesía con estas políticas, activa el reloj de una bomba con explosión anunciada (y no es agite). Veamos:
Las provincias están quebradas y como no podía ser de otra manera tomando el ejemplo de sus patrones, están pidiendo préstamos en dólares para pagar sueldos. Sí, escuchó bien: pagar sueldos… Esos préstamos a tasas altísimas están generando una deuda impagable. Y entonces… ¿quién le va a poner el cascabel al gato en un plazo no muy lejano?
Así está la burguesía hoy, con una avaricia descomunal y con un nivel de irresponsabilidad política cuyas consecuencias terminará pagando el pueblo argentino.
La vara de la confrontación aumenta y el contexto es de una agudización de la lucha de clases, con un presente y un futuro cierto: que nada bueno se puede esperar, ni nos tiene que sorprender, incluso, nuevos default, en un marco en donde el pueblo viene con luchas en ascenso.
No es necesario hablar del helicóptero, que ya no es una metáfora… Pero lo concreto es el hambre, la explotación y la miseria hacia nuestro pueblo, que se va profundizando en aras de la ganancia de los bancos y un puñado de monopolios.
De hecho, la actividad económica de este mes cayó un 2,2%, según los datos oficiales del INDEC, siendo el descenso más grande desde Octubre de 2016, en donde ya había descendido un 4,9%. Donde la producción de bienes y servicios cayó 1,9% (en realidad esto es el consumo de millones) la cifra más baja desde el 2002 a la fecha.
Pero esta crisis económica del capitalismo, acompañada de una irreversible crisis política que tiene la burguesía en nuestro país, nos tiene que llevar a estar muy atentos y a profundizar y desarrollar las luchas y movilizaciones de carácter local fundamentalmente, donde se puedan materializar y consolidar organizaciones de masas amplias con poder, que serán las únicas capaces de acelerar procesos que generen condiciones superiores hacia una salida política alternativa nacional a la fiesta de los monopolios.
En el terreno local, la unidad es mucho más sencilla y concreta, pues el peso del ejercicio de la democracia directa ayudará a que los destacamentos que se constituyan puedan golpear más eficientemente, para poder hacerlos retroceder y transitar así hacia un estallido de revolución.