La burguesía y su gobierno de turno no dan puntada sin hilo a la hora de ver la posibilidad de dar un zarpazo al salario de los trabajadores y al aumento de la flexibilización laboral.
Con la mira puesta en el aumento de la productividad y en frenar los aumentos salariales en las paritarias venideras, tras el salvaje aumento de la inflación, el gobierno de Macri no esconde nada a la hora de presentar los planes para defender los intereses de su clase, la oligarquía financiera.
El conflicto en Sancor no sólo puso al borde de dejar sin trabajo a los 4.500 trabajadores de la empresa, sino que también golpea a 1.500 tamberos que abastecen a la láctea, o sea, más de 22.000 trabajadores indirectos de diferentes rubros que giran en relación a esa actividad industrial. Está claro que el gobierno burgués aprovecha esta situación para intentar avanzar sobre el resto de los trabajadores.
Con un cinismo total, utilizan de rehenes a los trabajadores que dejaron de cobrar sus salarios tras la crisis de Sancor, para presionar a que se «abra» (a la baja) el Convenio Colectivo de trabajo. El objetivo es claro: achicar los costos salariales para que de esa manera los empresarios puedan obtener aun mayores ganancias.
Frente a la deuda que generó la empresa láctea, producto del enriquecimiento voraz y anárquico de empresarios a costa del sudor de los trabajadores y a los procesos de concentración de capitales, que provoca la naturaleza del capitalismo, Sancor estaría necesitando una vez mas del “salvataje” del presupuesto del Estado, equivalente a 450 millones de pesos. Estos se sumarían a los 500 millones que ya les otorgaron en este último tiempo, que dicho sea de paso, no es ni más y ni menos que dinero recaudado del cobro de impuestos del pueblo.
Esta metodología a la que están «acostumbrados» los empresarios, nos muestra que luego de la quiebra el presupuesto del Estado cubre los gastos. Y estaría siendo -una vez más- la «propuesta» del directorio de Sancor para levantar las deudas adquiridas.
Por su parte, el gobierno anunció que estaría dispuesto a brindar ese monto de dinero si el gremio cede reducir los aportes que le hacen todas las empresas del rubro lácteo y si se abre la discusión respecto al Convenio Colectivo de Trabajo para ajustar los costos salariales.
Es decir, utilizan la delicada situación de los trabajadores de Sancor para extorsionar a los trabajadores a que cedan sus beneficios. Una vil maniobra de división que apunta a un claro objetivo: golpear a los trabajadores.
Por otro lado, detrás de esta maniobra, existen intereses de diferentes empresas del sector a las que les conviene la quiebra de Sancor, ya sea para rapiñar el negocio o para profundizar la concentración del mercado.
A todo esto, el gremio Atilra convocó al paro en todas las fabricas lácteas del país.
El conflicto ya esta echado a andar y el desenlace en favor de los trabajadores dependerá de la unidad y la masividad para que no puedan aislarlos.
El gobierno de los monopolios juega con fuego en medio de una situación de profunda debilidad de gobernabilidad. En un marco donde la caldera se calienta permanentemente y cualquier exceso de presión puede hacerla explotar.