Un periodista radial, comentaba hoy que no hay nada importante que informar, que desde hace tiempo desde el gobierno se viene insistiendo en los medios para que los viernes no aparezcan malas noticias, por el contrario las buenas noticias deben ser el corolario del inicio del fin de semana, para que el ámbito de paz social se mantenga estable.
Si bien es cierto que la conducta del ocultamiento y la frívola desdramatización que se intenta a la hora de informar es una constante de los medios, ya no pueden disimular la conflictividad de la clase obrera y el pueblo.
Este modo de comunicar, como le suelen decir, lo grafican las páginas del diario El Cronista del día de ayer, que titula UTA CERRO AUMENTO DEL 21% Y EL GOBIERNO LOGRA PAZ SOCIAL EN EL TRANSPORTE PARA LA CAMPAÑA.
Toda una definición que -en consonancia con las premisas de más arriba- pretende darle a la noticia un enfoque positivo, a sabiendas que ese aumento es una verdadera burla para los choferes. Disimular lo indisimulable, más bien es propio de la subestimación burguesa, que piensa que porque se nuble el cielo, se acaba la luz solar.
En Córdoba, todas las líneas de transporte estuvieron paralizadas el día de ayer, por las asambleas que los choferes realizaban para definir cómo enfrentar el convenio firmado por el burócrata Fernandez a espalda de todos los trabajadores. Desconociendo los debates que se estaban dando en función de acordar una propuesta y pasando incluso por arriba de las propias normativas gremiales para la discusión del convenio, este personaje y sus secuaces optaron por cerrar filas con las patronales y el gobierno, acordando cerrar un acuerdo totalmente espurio.
Acompañados de piquetes y barricadas, las asambleas que paralización el transporte en Córdoba discutían esto y más. Esta expresión no es la única sobresaliente, en el marco general de un estado deliberativo y asambleario frente a los atropellos de lo que son víctimas, la quema de colectivos de la empresa de larga distancia Platabus ex El Rápido Argentino en La Plata le agrega un plus a la furia, porque las empresas y la burocracia ningunea las demandas de mejoras laborales y salariales que insistentemente los choferes reclaman.
A estas expresiones se suma también el paro de los trabajadores de la línea 60 y las medidas de fuerza, que frente a los despidos desarrollaron.
El cierre de las paritarias de UTA pone al desnudo el verdadero significado de la gobernabilidad que -como lo dice el titulo del diario- sería el equivalente a la paz social.
Paz social con salarios bajos con productividad, con condiciones de trabajo insalubres e inhumanas. Una paz social acordada entre las filas del enemigo, irreconciliable con la clase obrera, entre los burócratas traidores y oportunistas y la burguesía.
Frente a ello la reacción no puede ser otra que de furia. Aquí cabe agregar que el titular del diario debería tener al final varios signos de pregunta.Pero el hecho se antepone al derecho y en materia de derecho la burguesía y sus secuaces son los primeros en pisotearlos y expresar públicamente su acción como la que se ajusta a la realidad.
Sin embargo, esta mentirosa conducta tiene otra respuesta, que es precisamente la que debe encarar la clase obrera para quebrar las iniciativas de la burguesía y la burocracia. La conformación de un movimiento político de clase desde la organización de base y la independencia de la tutela del Estado, el desarrollo de una política sindical revolucionaria que en los hechos tiene múltiples expresiones en las experiencias de lucha de abajo pero que aún debe contar con la potencia conjunta de la clase obrera y con el contenido revolucionario de un proyecto liberador surgido al calor de un movimiento de lucha que nos emancipe de las cadenas del capital y su régimen explotador.
Un movimiento obrero que a cada paso quiebra la paz social y que debe profundizar la rebelión de las bases que -aun dispersa- exclama abiertamente al unísono que esto no va más, y que debe conformarse con las premisas políticas de un proyecto revolucionario.