En la provincia de Córdoba, en esta última semana, una pelea protagonizada por el gobernador y el presidente Macri en plena disputa por conseguir algún tipo de legitimidad en las urnas, se encerraron en una discusión grotesca y vergonzante, en la que uno al otro se adjudicaban la mayor cantidad de pobres. Por esto, han cosechado el mayor repudio por parte de la población.
De pronto, anuncia medidas “populares” por parte de los Estados, tanto provinciales como municipales, como por ejemplo la eliminación del impuesto al fuego que se pagaba junto con la tarifa de energía. Vale aclarar que para una casa con tarifa residencial representa una baja en la boleta de unos $5,60… Cuando en realidad han sido más de 500.000 las familias a las que pasaron de la quita de subsidios de la tarifa social, cuyo promedio eran de unos $250 para una familia tipo, a la tarifa residencial, cuyo promedio es de $1200. Por su lado, el intendente es expulsado a pedradas en barrios de los más humildes cuando se acerca a inaugurar algunas cuadras de asfalto.
Estos señores, que no tienen reparos a la hora de subestimar al pueblo, lo único que verdaderamente se disputan es el repudio de los vecinos. Ahora han asentado su estrategia electoralista en la supuesta recuperación de la industria automotriz de la mano de las “700 incorporaciones que estaría llevando adelante la alianza de las multinacionales Nisan-Renault”… Y aquí la frutilla del postre: presentan con luces de colores esta recuperación del sector, pero esconden que vienen de la mano de la flexibilización laboral. Sucede que -tal como lo denunciáramos en su momento- el SMATA firmó un acuerdo en el que reducen el salarios inicial al de los nuevos trabajadores que ingresen a la empresa, al mismo tiempo que garantiza el despido de 400 obreros de la misma empresa.
Por último, con la soberbia que los caracteriza, el intendente Mestre pretende sumar puntos para sus candidatos garantizándoles a los vecinos que nunca más mientras ellos sean gobierno se quedaran sin transporte debido a medidas de fuerza por parte de los trabajadores, pretendiendo demonizar a los choferes del trasporte urbano por la última huelga que llevaron adelante en defensa de su salario y en contra de la flexibilización laboral. Esto, al mismo tiempo que se esfuerzan en presentar ante la sociedad la última lucha que protagonizaron estos trabajadores, como una gran derrota del movimiento obrero.
Pero la realidad vuelve a fortalecer a los trabajadores y en la sociedad se va haciendo consiente la verdadera esencia y aprendizaje de esa gran lucha. Pues, como hemos dicho en reiteradas ocasiones, es en las experiencia acumulada en años de lucha de la clase obrera y trabajadores en general, en donde anidan ese aprendizaje y la disposición a construir nuevas y mejores herramientas para enfrentar las nuevas contienda.
Así se presenta la actual situación, en el que las políticas de distracción de la burguesía se ven abrumada por el ascendente carácter estratégico de la lucha de los trabajadores y los distintos sectores de nuestro pueblo.